La inteligencia artificial (IA) refleja la aspiración que tenemos como humanidad de entendernos mejor, de tal forma que podamos replicar nuestras capacidades con sistemas computacionales y robóticos, para explorar la nueva forma de convivir con los agentes artificiales, destacó Iván Vladimir Meza Ruiz, integrante del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS).
Meza impartió la conferencia “El Laboratorio de Inteligencia Artificial de la UNAM”, en la que detalló el surgimiento y la utilidad de esta instalación, que cuenta con apoyo de diversas instancias gubernamentales, empresas privadas y organizaciones globales relacionadas con la tecnología y la educación a nivel internacional.
Su objetivo, dijo, es “fortalecer el desarrollo, la investigación y la implementación de nuevas tecnologías, con énfasis en la inteligencia artificial y la inclusión en la economía digital, así como para detonar propuestas específicas para México”.
Al hablar sobre el trabajo que se desarrolla en el laboratorio, explicó que atiende a grandes problemas, donde un “grupo propone un problema y su posible solución y obtiene acceso al equipo, y programa su solución con red y datos”.
Además de que comparte equipos especializados, aprovecha el recurso computacional y mejora su entendimiento del problema, pues se necesitan aprender recetas más grades y complicadas, para generar soluciones viables.
Incluso, dijo, “se ofrece capacitación, acceso a equipos de cómputo y a becas para estudiantes, a fin de que puedan desarrollar proyectos de IA que tengan impacto social enfocado, sobre todo a poblaciones vulnerables”.
Eso lo convierte en un buen ejemplo de lo que se puede hacer cuando se trabaja en equipo con diversas instituciones para implementar el trabajo, darle seguimiento y tener acceso a altas tecnologías.
En la práctica, el laboratorio se puede pensar de dos formas, primero, como un espacio presencial que se establece en el contexto de la Licenciatura de Ciencias de Datos, con computadoras y equipo para entender la inteligencia artificial; con clases en laboratorios. La segunda, como un espacio virtual con equipo altamente especializado para el desarrollo de la IA.
Finalmente, al ofrecer ejemplos de aplicaciones e interacción que ya se tiene con la IA en la vida cotidiana, citó al spam en el correo electrónico, cuyo trabajo es identificar información no deseada o maliciosa; el sistema de identificación de rostros y por grupos en las fotografías de los teléfonos inteligentes, y las sugerencias de contenido de películas, series, música para hacer recomendaciones.
En este caso, la IA aprende ciertos rasgos de nuestros gustos para ofrecer alternativas de entretenimiento o consumo.
