Igualdad de género1

Igualdad de género

La UNAM y el CCH avanzan en la cultura de la no violencia

Igualdad de género
La UNAM y el CCH avanzan en la cultura de la no violencia

La creación de la asignatura de Igualdad de género en el Colegio de Ciencias y Humanidades es importantísima porque las y los estudiantes van a identificar cuáles son las violencias y van a entender las desigualdades por razones de género para poder transformar sus espacios, porque eso es lo que se pretende, que las relaciones en la Universidad sean igualitarias, incluyentes y libres de violencia.

Así lo consideró Mónica Quijano, directora de Educación para la Igualdad en la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM, para quien es relevante que desde el bachillerato se reflexione sobre estos temas entre quienes son las y los profesionistas del futuro; es importante que tengan una formación académica, pero también una ética universitaria que lleven fuera de la máxima casa de estudios, apuntó.

Sobre los cursos diseñados en la CIGU, recordó que se trabajó con el apoyo del Programa de Actualización y Superación Docente (PASD) y de que sus temáticas de género estuvieron dirigidas, en primera instancia, al personal académico, “para que incorporen la perspectiva de género en su trabajo y ofrecerles herramientas para aplicar en el aula y que construyan prácticas docentes igualitarias, libres de violencia”.

La doctora en Letras Francesas por la Universidad Paris-8 Vincennes-Saint Denis recordó que se involucró en el tema de igualdad de género porque a lo largo de su trayectoria como docente sus alumnas le hablaban de estas situaciones y eso la acercó al activismo y a la defensa de los derechos humanos de las mujeres, de las estudiantes. “Desafortunadamente en las instituciones educativas del país y en la UNAM, creemos que estamos libres de estas situaciones, pero no es así”, lamentó.

“El movimiento de las estudiantes -dijo- me parece fundamental porque pusieron la igualdad de género en el centro de la discusión y parte de estas demandas que tenían, muy justas por supuesto, de combatir y erradicar la violencia de nuestros espacios universitarios, ha contribuido a la creación de esta Coordinación, que es una respuesta a estas demandas”.

Añadiría el trabajo que históricamente han hecho las mujeres universitarias, académicas y trabajadoras, que desde la década de los setenta han impulsado al interior de la Universidad, desde lo que fue el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) en el 92 y que ahora es el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

El tema empezó a permear en asignaturas optativas, en la currícula y en la investigación; tanto el movimiento de las estudiantes como el de las académicas han sido fundamentales para los cambios que ha tenido la Universidad y para los que vengan, añadió.

Respecto al tema del lenguaje inclusivo, la licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la UNAM consideró que no es solamente una manera de describir el mundo, sino una forma de interactuar con él, “a través del lenguaje nos comunicamos con las personas y, en ese sentido, el lenguaje incluyente o inclusivo es importante, porque permite visibilizar, nombrar a todas las personas”.

Comúnmente se ha utilizado el masculino genérico para referirse a todas las personas, a mujeres y a personas de la diversidad sexogenérica, pero ese uso de alguna manera borra estas identidades y lo que queremos es hacerlas evidentes, con el uso del lenguaje incluyente, es darles voz, reconocer, nombrar a todas las personas, remarcó.

Vivimos en un mundo complejo atravesado, desafortunadamente, por cuatro grandes esferas de la exclusión, de la desigualdad y la discriminación que son: las de género, personas con capacidades diferentes, las del racismo y obviamente las del clasismo.

“¿Qué implica la igualdad de género? Conlleva pensar en un tipo específico de desigualdades y discriminaciones que tienen que ver con mujeres y personas con identidades sexodiversas, es un tipo de desigualdad y discriminación que tenemos que considerar porque son la mitad de la población mundial, entonces es importante identificarlas y no revolverlas, para crear políticas específicas que combatan todas las desigualdades”, enfatizó.

“Continuamos trabajando para seguir cambiando el mundo, confío en que es una transformación que no tiene marcha atrás y en la que vamos todas y todos, esperemos pronto retomar lo presencial para reconstruir espacios libres de violencias, donde predomine el diálogo y haya una cultura de paz”, concluyó. 

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