Las inquietudes científicas no sólo se quedan en el aula, también motivan al alumnado a realizar sus propias investigaciones de manera extracurricular, lo que perfecciona su formación y demuestra su pasión por el estudio, afirmó el profesor de Ciencias Experimentales, Alfredo César Herrera Hernández, durante la clausura del Taller de Ciencias 2025 en el plantel Oriente del CCH.
Durante una breve ceremonia realizada en el Siladin el pasado 9 de mayo, se reconoció el esfuerzo de aproximadamente 40 estudiantes que dedicaron parte de su tiempo libre en dos semestres para realizar trabajos de investigación, asesorados por docentes para lograr un resultado óptimo. De este modo, las y los jóvenes desarrollaron proyectos y algunos participaron en certámenes como la Feria de las Ciencias, donde obtuvieron tres medallas de oro, mientras otros equipos fueron finalistas.
“Se pudo comprobar que el club es un semillero de investigadores donde se fomentan las habilidades, destrezas y saberes, enfocado a elaborar un producto científico que luego se socializa”, dijo el docente.
De la teoría a la práctica
El profesor indicó que durante el primer semestre de trabajo, los estudiantes seleccionaron alguna propuesta de investigación para modificarla, acorde a sus intereses, y elaboraron un marco teórico; después, se dedicaron a investigar y experimentar, para lo cual contaron con los materiales disponibles en Siladin.
Así, se hicieron trabajos como la obtención de extractos de cempasúchil; fabricación de acuarelas biodegradables a partir de pigmentos orgánicos; obtención de celulosa de las coronas de piña o la elaboración de brownies altos en proteínas, entre otros.
A decir de Damián Reyes Valdemar, estudiante de segundo semestre, esta actividad representó un espacio de convivencia por medio de la experimentación, donde se reforzaron aprendizajes y creó lazos entre el alumnado y con sus asesoras y asesores, lo que fue muy divertido y enriquecedor.
Por su parte, la estudiante Anika Sthefanie Martínez Ahuacatitán compartió que el curso le ayudó a utilizar herramientas y equipo del Siladin que, en general, no se emplean en clases normales. Además, aprendió a exponer y a perder el miedo a presentar su trabajo en público, así como a indagar y conocer más sobre los temas que le interesan, de manera científica y rigurosa.