Alumnas y profesoras del plantel hicieron un llamado a desnormalizar la violencia en la vida diaria y a eliminar los comportamientos y comentarios que juzgan formas de vestir, preferencias, gustos y decisiones para, de este modo, construir una sociedad igualitaria, pues un entorno violento nos afecta a todas y a todos.
Como parte del conversatorio “Violencia de género: más que una experiencia, una realidad”, que se organizó en el marco de la jornada del 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, llamaron a la comunidad universitaria a abolir la violencia de género, a fomentar la prevención del maltrato hacia las mujeres y a luchar por una convivencia sana, libre de estereotipos de género e intimidaciones de cualquier tipo.
La profesora Alicia Polaco definió la violencia de género como todo acto perjudicial dirigido a una persona que pueda tener como resultado un daño físico, sexual y psicológico; estas violencias pueden ser además de tipo económico y simbólico y, en todos los casos, ocasionan daños coporales, emocionales y patrimoniales en sus víctimas.
En la sesión se habló del caso de la salvadoreña Victoria Salazar, migrante asesinada en este país por la policía mientras trabajaba como limpiadora de hoteles en Tulum, hecho que fue grabado y cuyo video circuló en las redes sociales, lo cual evidenció la impunidad, el limitado acceso de las mujeres a la justicia y los prejuicios de género por parte de las autoridades.
Tras externar su desconcierto por las omisiones del caso, profesoras y alumnas del plantel señalaron la importancia de la empatía y la solidaridad con las víctimas de violencia, pues las secuelas son graves, tanto físicas como psicológicas, y las pueden llevar a acostumbrarse a vivir con miedo.
Se invitó a tener cuidado si la otra persona ignora o desprecia los sentimientos; ridiculiza, insulta o desprecia a las mujeres; humilla, grita o insulta y no permite la libre expresión de las emociones.
Además, se habló de los micromachismos que se observan en chistes sexistas, al cuestionar a un hombre por hacer actividades consideradas “femeninas” o callarse ante comentarios machistas; así como del mansplaining, cuando el hombre interrumpe a una mujer para hacerla menos y desacreditarla por su género.
