Para aspirar a la justicia climática, lo primero que hay que hacer es conocer el concepto, saber a quiénes afecta y de qué manera podemos provocar que los efectos se minimicen para todos, pues hay que tener en cuenta que en esta vida todo está conectado, consideró Mónica Ramírez, maestra en Ciencias de la Tierra, al ofrecer la charla “La liga de la justicia climática”.
Para poder actuar, expuso, debemos saber bien qué es el cambio climático, que en ciencia básica se nos explica como el momento en que los gases de efecto invernadero se acumulan en la atmósfera y no dejan que se escape la radiación, sino que la regresan, generando un calentamiento neto en el planeta.
Podemos entender el problema por los síntomas que podemos ver, percibir y sentir respecto a lo que ocurre en la Tierra, por ejemplo, ver claramente que los glaciares se están derritiendo, que hay una mayor cantidad de incendios, sequías más constantes y lugares donde las inundaciones son más frecuentes y catastróficas.
Una forma más de darnos cuenta de que algo pasa, agregó, son los modelos numéricos que miden la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, a partir de comparar datos del pasado con posibles escenarios, para saber cómo se van a comportar la temperatura, las inundaciones o las sequías en el futuro.
El cambio climático, recordó, es un hecho irreversible; el planeta aumenta su temperatura “¿qué podemos hacer para que nos afecte lo menos posible, para que sus daños colaterales sean mínimos?”, se preguntó.
“Para tomar acciones, tenemos que pensarlo, sentirlo o vivirlo lo más directamente posible, porque cuando abordo este tema en clases siento que los alumnos lo ven lejano, impersonal”, abundó la integrante de la organización Planeteando, quien pidió a los jóvenes imaginar al cambio climático como un árbol con sus raíces, tronco, ramas, hojas y frutos, donde las raíces son el sistema capitalista, de consumo excesivo y sus ideologías de competencia y escasa regulación.
Otra forma de acercarnos más a esta problemática es pensar quiénes son las personas más afectadas por esta problemática, porque el cambio climático no afecta a todos por igual, hay personas que, por el contrario, se benefician, como un empresario ruso, que con el deshielo busca combustible fósil o como los que construyen cohetes, que emiten gases de efecto invernadero a partir de un experimento.
Otra herramienta es darnos cuenta de que, absolutamente todo está conectado, cuando vemos un árbol, no podemos pensar en él sin el suelo que lo mantiene, ni pensar en ese suelo sin el agua que lo ayudó a formarse y en esas nubes sin la evaporación que viene del océano y que las genera, todo en la naturaleza está conectado y los seres humanos también porque somos parte de ella, puntualizó.
La justicia climática, entonces, involucra pensar en de quién es la responsabilidad de este problema, quiénes emiten la mayor parte de los gases de efecto invernadero a la atmósfera, y desde siempre ha sido la industria petroquímica y sus dueños, a pesar de que el responsable es un pequeño grupo, este desastre global lo pagamos todos.
La ambientalista remarcó que la justicia climática busca que las afectaciones por este problema se minimicen y que exista una justicia social para que todas las personas tengan suficiencia material, que desde lo individual podemos usar bicicletas, comer menos carne, comprar autos híbridos, no usar plásticos; pero no es suficiente, porque seguimos siendo consumidores. Como ciudadanos, añadió, podemos intervenir en la forma como somos gobernados, manifestarnos para cambiar las regulaciones de las emisiones, otra sería organizarnos en asociaciones, como han hecho activistas de la talla de Samir Flores, Xiunhtezcatl Martínez y la mundialmente conocida Greta Thumberg.
