Tips contra la ansiedad

Es un problema de salud persistente

Recomiendan planear actividades placenteras

Es un problema de salud persistente
Recomiendan planear actividades placenteras

La ansiedad entre adolescentes y jóvenes es un problema preocupante, su incidencia aumentó 25 por ciento durante la pandemia, de ahí que como universitarios y estudiantes debemos tener claro que se trata de un problema de salud real que requiere de atención, aseguró Katya Quiñones, especialista de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa (DGOAE).

En su charla “Organización y planificación para disminuir la ansiedad”, explicó que la ansiedad es un estado persistente que manifiesta una preocupación incontrolable a lo largo de por lo menos seis meses, la cual puede provocar depresión, abuso de sustancias, consumo de alcohol e incluso problemas de salud física.

Otros síntomas clínicos generales son la inquietud o la sensación de estar agitado, la fatiga, dificultad para concentrase, irritabilidad y estar a la defensiva; también, tensión muscular o trastorno del sueño.

“Al presentar más de tres síntomas se puede pensar que ya se padece un trastorno de ansiedad generalizada y se debe de acudir con un médico que haga un diagnóstico adecuado y se pueda recibir el tratamiento correspondiente”, advirtió la orientadora.

 

Romper ciclos

Entre las estrategias para atender el problema, destacó la activación conductual que parte de la premisa de que las personas ansiosas o deprimidas no gustan de hacer cosas placenteras. Plantea, entonces, ayudar a las personas a que participen gradualmente en actividades de su interés para disminuir así las conductas de escape o pensamientos catastróficos que les impiden avanzar.

En este caso, expuso, lo primero es identificar las cosas y actividades que nos gusta hacer, para romper con la ansiedad; detectar las actividades o situaciones que nos generan los estados ansiosos, por ejemplo, enfrentar exámenes escolares, trabajos finales, clases o exposiciones difíciles; además de enlistar sus consecuencias: faltar a la escuela, dormir más de la cuenta y estar irritables.

Después de contar con el listado de todas esas situaciones que generan ansiedad y sus repercusiones, la persona debe jerarquizarlas en orden de importancia e ir resolviendo cada una de ellas, cambiándolas por actividades placenteras, como recompensas, e ir tachando lo cumplido para ver el avance.

Algo sustancial, dijo, es plantear metas realistas, divididas en tareas con pequeños procesos para que se puedan cumplir y no posponer o saltar las actividades favoritas.

En síntesis, la propuesta es ser más organizados y que planeen por escrito los pendientes para que al visualizarlos y estarlos terminando se vean los avances y, con ello, acabar con la ansiedad, puntualizó.

De acuerdo con información de la OMS, el estrés ha sido un fuerte detonador de las afecciones mentales en el país, ha ido en aumento por el aislamiento social, las limitaciones e impedimentos para trabajar con normalidad; para dar y recibir apoyo presencial a las personas queridas y el poder participar en actividades comunitarias.

Por otra parte, el miedo a contagiar o ser contagiados, el sufrimiento y el duelo por la pérdida de seres queridos y las preocupaciones financieras son detonadoras del estrés que conduce a ansiedad y depresión, especialmente en adolescentes y jóvenes, que corren un riesgo desproporcionado de comportamientos suicidas y autolesivos. 

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