La Sala José Vasconcelos se llenó de jóvenes interesados en la naturaleza durante la ponencia titulada “Las aves silvestres de la Ciudad de México”. El evento, realizado el pasado 14 de octubre, fue liderado por el maestro en Ciencias Alejandro Meléndez Herrada, egresado de la UAM Xochimilco. Esta actividad forma parte de un ciclo de ponencias organizado por el maestro José Cupertino Rubio Rubio, con el objetivo de concientizar sobre la rica diversidad de aves que habita en la urbe.
Alejandro Meléndez señaló que, desde tiempos prehispánicos, las aves han estado integradas en la vida cotidiana de los habitantes de la región. Meléndez destacó su uso en la alimentación, como mascotas, en vestimentas y en la medicina. Estos usos reflejan el profundo conocimiento que se desarrolló sobre las aves y sus múltiples utilidades, incluyendo prácticas como el arte plumario y la cacería, tanto deportiva como de subsistencia. Así, las aves se convirtieron en un recurso esencial para las comunidades.
Las aves no solo forman parte del pasado; también están presentes en el entorno urbano actual. El ponente señaló que muchas especies conviven en las áreas verdes y en la vida diaria de la ciudad, sin embargo, es fundamental cambiar algunos hábitos, como la alimentación de las palomas, ya que puede afectar el equilibrio ecológico. Meléndez planteó la pregunta: “¿Qué tanto conocemos de las aves silvestres que nos rodean?”.
Las aves desempeñan un papel crucial en la salud ambiental, actuando como indicadores de la calidad del ecosistema. Meléndez explicó que son responsables de dispersar semillas, polinizar plantas y controlar la población de insectos, incluyendo plagas. Con el paso del tiempo, la expansión de la mancha urbana ha afectado los hábitats naturales, especialmente al histórico lago de Xochimilco, que ha ido disminuyendo. Zonas verdes como el Bosque de Aragón o Chapultepec y el Parque de los Coyotes son vitales para la avifauna de la ciudad.
Asimismo, destacó que una de cada tres especies de aves en México habita en la Ciudad de México, lo que resalta su importancia en la diversidad ornitológica. Las aves migratorias también aportan a esta variedad, siendo la golondrina tijereta un ejemplo de eficiencia, ya que puede consumir hasta 8 mil insectos al día para alimentar a sus crías. Para quienes desean observar aves en la ciudad, Meléndez recomendó el uso de binoculares y la aplicación Merlin, que identifica especies y sus cantos.
El maestro concluyó su ponencia con una poderosa frase: “La avifauna de la CDMX es patrimonio natural de todos sus habitantes, pero debemos hacer algo para conservarla”. Este llamado a la acción resuena en un contexto donde la participación juvenil es la clave para proteger la rica avifauna que aún persiste en la metrópoli.