El profesor Rodrigo Salas Osorio expuso a la comunidad de Vallejo su primera novela titulada Tamara, el autor, quien es además profesor del Área Histórico- Social de este plantel, se dijo entusiasmado por compartir su esfuerzo con la que ha sido su casa los últimos tres años.
La obra, publicada por la casa editorial Trajín Literario, cuenta la historia de Alejandro, un hombre de 65 años que, tras saber sobre lo ocurrido en 2014 en Ayotzinapa, recuerda la que cree que fue su propia experiencia, al viajar a la zona del sureste del país en 1974 para conocer el movimiento armado de Lucio Cabañas, guerrillero trascendente del siglo XX.
El autor tuvo a bien compartir algunos fragmentos del texto para develar un poco de la historia de amor entre Alejandro y Tamara, una chica de alrededor de 21 años que representa “a todas y todos los chavos que, en los años 70, luego de la masacre del 68 y del halconazo del 71 llegan a la conclusión de que no hay otra opción más que tomar las armas para darle el cambio que ellos consideraban al país”.
El sociólogo y politólogo comentó que escribir esta novela fue un proceso de ocho años, en el que decidió trabajar sus géneros favoritos: la historia y lo sobrenatural. Su inspiración llegó de un sueño, después de conocer sobre los normalistas desaparecidos “fue una tragedia que marcó muchísimo a nuestra generación”, además decidió tomar el terror de una forma particular, como una metáfora de otro tipo de temores, como símbolo de temores sociales, cotidianos y de fantasmas históricos, explicó.
Por otra parte, al adentrarse en el conocimiento de movimientos guerrilleros, descubrió sus lazos personales con estos, al acompañar a su padre a su pueblo de procedencia, Santiago Tamazola, donde entre charlas con familiares de más edad descubrieron que un familiar suyo sí había sido guerrillero en Oaxaca, lo que le pareció una señal del destino para involucrarse desde la literatura con esta parte de la historia.
El autor es profesor del plantel Vallejo del Área Histórico- Social, y se dijo entusiasmado por compartir su esfuerzo con la que ha sido su casa los últimos tres años.