Nací en el 2004, en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México. Desde los seis años me gustaban mucho las caricaturas de acción como Transformers o Spiderman. Me fascinaba la forma de contar las historias, la manera de combinar humor y acción, luego, ver en las películas el origen de los personajes me inspiró mucho en mis primeros dibujos.
No eran los mejores, pero disfrutaba recortarlos, ponerles plastilina como soporte y un palito detrás para jugar con ellos. Pasaba horas muy divertidas al lado de mi hermano, quien es un gran dibujante y al que admiro mucho.
Juntos tomamos un taller con el profesor David López, quien nos enseñó lo básico para dibujar. Con el tiempo mejoré, recuerdo que le echaba ganas, e incluso pasé todo un verano dibujando; mi hermano y mi mejor amigo Héctor me daban consejos.
La TV cambió mi vida
Una de las experiencias que cambió mi vida fue aparecer en el Canal Once, en una cápsula de futbol. Las cámaras, las luces, los micrófonos, el escenario, la manera de manejar todo aquello me fascinó y dejó en mi corazón la semillita de querer ser famoso.
Iba en la secundaria cuando, una tarde, mi novia me preguntó, ¿qué quieres ser? Me quedé pensando un momento y le dije: quiero ser un gran cineasta, alguien famoso que cuente sus historias y cambie al mundo. Aunque la relación no duró, ella me apoyó en mi sueño y en tercer año comencé a dibujar en los pizarrones y logré impresionar a todos con mis imágenes.
Me quedé en el CCH
Al dejar la secundaria, entré al plantel Naucalpan. Aquí conocí a más personas que me han apoyado, me dan todo su cariño y se han convertido en un gran apoyo para mi nuevo sueño: ser un gran cineasta.
Quiero especializarme en animación, ser alguien que deje huella, que sea capaz de hacer cosas importantes que cambien el mundo para bien.
