El verano de 2018 fue marcado por el ejercicio democrático que la sociedad mexicana plasmó en las urnas. También estuvo impregnado por la alegría que para muchos adolescentes significó ser aceptados como parte de la comunidad universitaria, en particular del CCH, en cada uno de sus cinco planteles. Se trató de un grupo selecto de poco más de 18 mil jóvenes que llegarían a ser la generación del cambio.
Aquel año sería recordado por el 50 aniversario del movimiento estudiantil de 1968, y este acontecimiento, recordado durante la ceremonia de bienvenida por el rector de la Universidad, Enrique Graue Wiechers, sería también un indicativo del compromiso que adquirían al formar parte de esta casa de estudios.
El rector les insistió en hacer consciente su ingreso y esforzarse aún más por responder a las expectativas de sus familiares. “Supérense cotidianamente. Encuentren un reto en cada dificultad o escollo que se les presente. Superar dificultades representa una gran satisfacción”. Y así sucedió: un año después de que ingresaron, la pandemia por Covid-19 puso a prueba su capacidad de responder ante las dificultades.
Nuevos desafíos
Tocó a esta generación vivir las primeras acciones implementadas por la Universidad en todos sus centros escolares. Los alumnos comenzaron a ser partícipes de charlas de sensibilización y reflexión. Atestiguaron las adecuaciones a los protocolos de atención, la conformación de espacios para el estudio y análisis, así como de la Coordinación para la Igualdad de Género y las comisiones locales en cada dependencia universitaria. Y en el CCH, particularmente, la creación del Seminario sobre prácticas de género dirigido a profesores y múltiples actividades y publicaciones sobre equidad de género.
En este sentido, se atendieron los requerimientos para mayor seguridad de la comunidad cecehachera. Fue justo en este periodo cuando surgieron los protocolos de acción ante sucesos naturales o sociales. Además de los simulacros por parte de Protección Civil, la impartición de talleres sobre civilidad, dirigidos a los jóvenes. También jornadas de prevención y seguridad, de no violencia y de paz.
Desde las aulas virtuales
La emergencia sanitaria puso de relieve la importancia de cuidar la salud física y mental. La obligada distancia social trajo también nuevos desafíos tecnológicos, pedagógicos y didácticos para los profesores, los estudiantes y las instituciones.
Así, a mediados de marzo de 2020 la generación 2019 se encontraba en su cuarto semestre y en algunos planteles se vivían paros académicos, lo que obligó al alumnado poco a poco a utilizar los medios digitales para comunicarse. Con el arribo del confinamiento decretado, las clases migraron a las más de 18 mil aulas virtuales creadas en la coyuntura sanitaria.
Lo anterior obligó a la comunidad del Colegio a capacitarse en el uso de plataformas digitales, como Teams, Microsoft Office 365, Google Classroom, entre otros recursos que la Universidad puso a disposición de su comunidad. Entre los más utilizados están: el Portal Académico del CCH, la Red Universitaria de Aprendizaje, las Unidades de Apoyo al Aprendizaje, el Ambiente virtual de idiomas, el uso de la Biblioteca Digital (BiDi-UNAM), así como la incorporación de ciclos de conferencias en línea para apoyar las distintas temáticas de diversas asignaturas.
En cuanto a los apoyos dirigidos a los estudiantes resaltan las becas de conectividad, preferentemente para alumnos de escasos recursos y que veían comprometida la posibilidad de seguir estudiando ante la falta de acceso a internet y el servicio de datos. También se instalaron los Centros de Acceso PC Puma en los cinco planteles.
Por otro lado, a los estudiantes que por diversas causas no habían podido regularizar su situación académica se les dirigió a diversos programas, como el Programa de Asesorías en Línea, el Recursamiento Inmediato Intensivo en Línea o el Programa Emergente de Recuperación de los Cursos Ordinarios, que tuvo como principal objetivo ser una alternativa para concluir el semestre 2020-2.
Es así como la generación del cambio vivió la mitad de su formación en la modalidad presencial y el resto a distancia, y para ello se ocupó de nuevos aprendizajes, que sin duda la hicieron más fuerte, así como a su institución, que llegó a sus primeros cincuenta años bajo este contexto.
