Con el objetivo de conservar y mostrar a nuestra comunidad el valor cultural y riqueza de las culturas indígenas prehispánicas de nuestro país se llevó a cabo el taller Los instrumentos musicales del México Antiguo a cargo del grupo cultural Yodoquinsi en el marco del segundo festival cultural del CCH.
Por cerca de 35 años Yodoquinsi ha acercado la cultura a numerosas instituciones educativas del país con el objetivo de que los jóvenes puedan crear música con instrumentos que datan de la era precolombina dando como resultado música con múltiples influencias culturales y que hasta hoy forman parte de las tradiciones de algunos pueblos indígenas de México.
Yodoquinsi significa tierra de muchos colores, nombre indígena del pueblo Santiago Chazumba, ubicado en la región Mixteca del estado de Oaxaca, lugar de origen de los miembros del grupo: Víctor Acevedo, Luis Fernando García, Rubén Acevedo y Carlos Alberto García.
Entre los instrumentos que utilizan en los conciertos de la agrupación se encuentran flautas, ocarinas, sonajas, tambores como el huéhuetl y el Teponaztle, el caracol marino, caparazones de tortuga percutidos por astas de venado y silbatos de barro con diferentes sonidos y tamaños.
Dentro de este taller los cecehacheros tuvieron la oportunidad de realizar silbatos prehispánicos con materiales como son el barro y madera y herramientas como punzones, cortadores y agujas entiendo así los principios sonoros, su uso y como se desarrollaban los instrumentos en el México antiguo.
Durante el proceso de elaboración de los silbatos Acevedo enseño a los alumnos como hacer una boquilla, el diseño del cuerpo del silbato y las dimensiones recomendadas para que este espacio produzca el sonido adecuado, así como las técnicas del manejo del barro y el secado y decoración del mismo.
Rubén Acevedo expone que además de incluir a los participantes del taller en el proceso de elaboración estos pudieran conocer un poco más del contexto histórico, antropológico y de los lugares donde surgen: “Hace ya varias décadas conocimos estos instrumentos, escuchamos sus sonidos y nos apasionamos tanto por la música como por el contexto que los enmarca y ahora queremos contagiar esta pasión a los jóvenes para preservar nuestra cultura”.
La realización de estas actividades culturales tiene como propósito promover, entre las y los estudiantes contribuir a su formación integral a la adquisición de valores éticos y estéticos que les permitirán consolidar sus conocimientos y habilidades sociales, además de conocer la riqueza cultural de nuestro país.
