Clases presenciales, un lugar en la UNAM y el aprendizaje

Clases presenciales, un lugar en la UNAM y el aprendizaje

Hacen frente a la contingencia y cumplen con entusiasmo su compromiso

Clases presenciales, un lugar en la UNAM y el aprendizaje
Hacen frente a la contingencia y cumplen con entusiasmo su compromiso

“Acostumbrado a la tiza, luego a los marcadores, conjuntamente con las pizarras verde o blanca, iniciaba la clase ordinaria y presencial, en un salón donde observaba a las y los estudiantes. Unos amodorrados, otros cansados y unos más despiertos”, dice el profesor Ignacio Valle Buendía, quien imparte Taller de Comunicación. Agrega que, radicalmente, con la emergencia sanitaria todo cambió. “De manera repentina hoy vemos a través de un monitor, sólo a algunas y algunos estudiantes”. Relata que la enseñanza cara a cara en la que el docente pregunta y los estudiantes contestan se añora en este tiempo de pandemia; este momento en trance obliga a contactar con los educandos a través del “feis”, del “Whats” o de la hoy socorrida sala virtual Teams. Este Covid-19 ha orillado, dice, a introducirnos a este mundo digital desde un podcast, un audio, una videoconferencia, hasta una aplicación o una plataforma que incluye todos estos recursos. Opina que es tiempo de pandemia, de valorar la importancia de enseñar y aprender, de recomponer esa relación personal con los escolares, de dejar el temor por entrar a esta ya fortalecida revolución tecnológica. “En efecto, las clases presenciales nos hacen más humanos, pero hoy esta emergencia nos demanda estar más cerca de aquellos jóvenes que también requieren revalorar lo que se ha dejado de hacer en el salón de clases”, señala el docente. El alumno Ulises Soriano Delgado asegura que hoy el CCH deja ver que al aprendizaje ni el coronavirus lo puede detener.

“Desde Teams o Classroom, las plataformas del momento, los profesores envían tareas a diestra y siniestra, pero nosotros, los alumnos, hacemos frente y con la mejor actitud cumplimos con nuestros trabajos. El Covid-19 nos enseñó el valor de una clase presencial, el valor de tener un lugar en la UNAM y a valorar el aprendizaje”.

En tanto, la alumna Atziri Cruz Mejía relata su experiencia: “No salgo de casa desde hace mucho. A todos los cecehacheros nos dejan tarea. Yo enlisto cada una por-que es una buena forma de ocupar mi mente en algo productivo”. Hay noches en las que Atziri no puede dormir, pero se dio cuenta de que era un problema por el que muchas personas están pasando. “Sólo me queda decir que no están solos en esa batalla, cuídense y hagan cosas productivas con su tiempo. Todo pasará y regresaremos a nuestras vi-das como las conocíamos antes”. Para Viviana Páez, profesora de Filosofía, “ha sido todo un reto, porque la educación a distancia es una modalidad que requiere ciertas habilidades, he cambiado la planeación didáctica porque a los chicos se les tiene que dar más textos, más videos, más materiales en PDF, más ejemplos virtuales para que vayan siguiendo el tema, los objetivos y aprendizajes. Ha implicado mucha organización con los chicos, he procurado trabajar lecturas claras para que no les cueste mayor problema. He utilizado la plataforma del Colegio y siempre he tenido contacto con ellos a través del WhatsApp o sus correos electrónicos”. También Cecilia Espinoza, docente del área de Química, trabaja con sus alumnos los días que les tocaba sus clases presenciales a través de la plataforma Teams, les envía sus tareas a través de archivos, “corregimos y hacemos comentarios cuando están todos para que observen en qué se equivocaron. Nunca había manejado el Teams, pero ahora que lo hice me ha funcionado, a veces se les complica a los chicos la red o señal, nos vamos adaptando”. La maestra Edith Catalina Jardón atiende clases en los horarios habituales tres días por semana, como lo hacía, pero a través de Zoom. “De los 42 alumnos que asistían de manera presencial, únicamente se conectan 38, al buscar los faltantes, una de las respuestas era que no contaban con red en casa. Las clases en línea demandan del docente más del doble de tiempo para la atención de los alumnos”. Jardón Flores propone “preparar al profesor en el manejo de plataformas virtuales y estrategias para la enseñanza en línea, pues no sabemos qué otras situaciones aquejarán a nuestro país o a nuestra comunidad universitaria.

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