sobreviviente

Crónicas cecehachearas

Luis narra su viacrucis y cómo venció al Covid-19

Crónicas cecehachearas
Luis narra su viacrucis y cómo venció al Covid-19

El último año ha sido verdaderamente difícil, no sólo porque las clases en línea nos tomaron a todos por sorpresa y al inicio tuvimos fallas de conectividad y las tareas no siempre llegaron a su destino, o porque extrañáramos demasiado la convivencia con amigos, sino porque el cáncer invadió mi cuerpo y tuve que peregrinar por atención médica en medio de la pandemia por Covid.

A mediados de septiembre del 2020, tenía fuertes dolores en el estómago y fui al médico; me dijo que sólo era inflamación y me dio medicamento, pero como persistía consulté a un gastroenterólogo que detectó un tumor de 20 cm de diámetro en mi mesenterio, un pliegue de membranas que mantiene al intestino en su lugar.

En octubre me salió una bola en la cara que tuvieron que operar para extirpar otro tumor que resultó maligno, y al mes siguiente, mientras entregaba los trabajos que podía, me descubrí bolitas rojas por todo el cuerpo. “No sabía cómo reaccionar, yo sólo pensaba ¿por qué a mí?, ¿qué hice mal?”.

En el Centro Médico Siglo XXI me hicieron más estudios y diagnosticaron linfoma; en diciembre mi cuerpo colapsó y terminé en urgencias dos veces. Entonces, pocos sabían qué pasaba, no quería compartirlo.

 

Un proceso lento

Debido a la pandemia, la atención fue un viacrucis, anduve de hospital en hospital hasta el 11 de enero que me internaron por leucemia linfoblástica aguda. Empecé las quimioterapias y dejé los estudios ¿qué más podía pasarme? Sí, contagiarme de Covid.

Me aislaron, pero a los pocos días me dieron de alta para recuperarme en casa. Los profesores del plantel Naucalpan me calificaron con trabajos previos y lo que pude hacer en línea mientras estaba en reposo, así que no salí tan mal; lo mejor fue que al terminar las quimios, casi todas las bolas desaparecieron y el gran tumor disminuyó más de 90 por ciento.

Claro que ha sido difícil salvar la escuela con todo esto; son golpes muy duros. Ha habido momentos en los que me he derrumbado sin saber qué hacer, pero no me rindo, pues tengo metas por cumplir y mucha gente que disfrutar. No sé qué me depare el futuro, pero después de todo, sólo puedo estar agradecido de poder despertar, ver a los que amo y mantener mi salud, que mejora de a poco. 

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