Nuestra comunidad es variada y de ella emanan todo tipo de historias, pero un factor que atraviesa a la mayoría es que en el plantel Vallejo del CCH encuentran un espacio al cual pertenecer, porque uno de los principios de este Modelo Educativo es el de aprender a ser y un buen ejemplo de ello es el de Alexia Yumilith Sánchez Jáuregui.
“Nací en Catemaco, Veracruz, a los 8 años me fui al puerto, y ahí viví hasta hace tres años. Tuvimos que mudarnos a la Ciudad de México por el trabajo de mi mamá, la verdad yo no quería venir”, recuerda Sánchez, quien ya había cursado el primer semestre de bachillerato en Veracruz y aunque podía seguir en alguno de los bachilleratos de la UNAM, tendría que volver a empzar de cero.
“Sentía angustia porque me dijeron que todos se peleaban por esos lugares y pues aquí no conocía nada ni a nadie, pero cuando entré sentí calidez”, dice la joven quien se alegró de que, contrario a lo que pensaba, aquí todo fue fácil, los chicos y chicas se acercaban a conversar con ella, les llamaba la atención su acento pero, sobre todo, la buscaban para interactuar.
Recuerda que el primer edificio al que llegó fue al U y cuando subió había una chica que le preguntó si estaba en su grupo y se alegró de saber que así era; desde ahí son inseparables, dice, y aunque la pandemia las separó, siguen en contacto. “Ella sabe que cuenta conmigo y yo con ella”, añade Sánchez.
“Nos hicimos todos amigos y ahora, aunque las clases sean en línea, hay una conexión muy fuerte, la sientes. Vallejo me recibió con los brazos abiertos y sentí que pertenezco a un lugar”, asegura Alexia para quien regresar a clases presenciales es increíble.
Aunque es opcional, dice, “yo dije: sí quiero ir; como que te da energía decir es el último semestre y hay que echarle ganas; ver a mis amigos y compañeros físicamente es genial también”, comenta la alumna, quien asegura que ya tiene definido su futuro, pues piensa estudiar Contabilidad.
Así que, a pesar de que eventualmente tenga que despedirse del Colegio, cuando concluya su bachillerato, Alexia sabe que siempre tendrá un lugar al cual volver, uno que la vio combatir sus miedos y al cual pertenecer: su querido plantel Vallejo.