bienvenida vallejo

¡Sí, protesto!

Gritó una chica y su voz se acomodó entre los cientos de voces que coreaban la celebración. Sí, protesto, dos palabras que significan uno de los más grandes compromisos en la vida del estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Existen pocas conmemoraciones, en la corta estancia universitaria, con símbolos tan profundos como la Toma de Protesta del bachiller. La edad en que sucede es apenas al concluir la niñez y de pronto forman parte del más deseado grupo estudiantil del país; así, en un momento, se adquiere un vínculo irrompible con la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ocurrió el sábado 2 de agosto en CCH Vallejo. Desde las 7 de la mañana decenas de autos comenzaron a rodear al plantel. Dentro de ellos, con nerviosismo, aguardaban las familias a la espera de que la escuela abriera sus puertas. Las ansias era comprensibles: sabían que entrarían por esa puerta con un deseo, una aspiración, y saldrían convertidos en alumnos de la Universidad Nacional. Apenas dieron la indicación de pasar, corrieron a formar parte de la historia universitaria.

Esa mañana nada detuvo a la ola juvenil que juraría su compromiso con el Colegio, con la Universidad. La lejanía de sus hogares se hizo pequeña, al menos por un día, pues el llamado de la UNAM no es desdeñable, mucho menos si la promesa es que ese será el inicio de una excelsa formación profesional. Desde el Estado de México llegaron los hijos con sus padres; la Ciudad de México también aportó integrantes nuevos a la familia universitaria. Y desde otros estados llegaron también a la iniciación Puma. El alba alumbró el camino de esta nueva promoción escolar, de esta nueva “tribu”, como los llamó Vico, el padrino de esta generación del CCH Vallejo.

Como ya es tradición, el filósofo gallego David Pastor Vico, ofreció una conferencia a los alumnos de reciente ingreso. 50 minutos de reflexión alrededor de la vida de los jóvenes en la soledad de estos tiempos, no fueron suficientes para el público. En el rostro de los chicos se mostraba el interés que producía la profundidad de las frases de Vico; y en las caras de los padres se notaba, asimismo, la preocupación por llevar a cabo, en el futuro, aquellas trascendentes recomendaciones que llegaban envueltas en una amena charla. Nadie, puede asegurarse con certeza, salió del CCH Vallejo como entró: la primera de muchas reflexiones para la vida sucedió esa mañana.

La emotividad crecía al acercarse la Toma de protesta; la charla de Vico terminó y llegaba la hora del compromiso. Con la mano extendida a la altura del corazón se elevaron cientos de promesas. El respeto a la Universidad era el elemento principal. Todos lo sabían y nadie vaciló al emitir, con suma emoción, la tan anhelada frase…

El Maestro José Cupertino Rubio, Director del CCH Vallejo, fue mucho más breve que el filósofo. En sus palabras de bienvenida estaba la sustancia del encuentro: los saludos, las recomendaciones, la alegría por pertenecer a la familia universitaria. La emoción estaba al dente cuando les solicitó ponerse de pie y levantar un brazo que llegara justo al pecho, ahí donde las promesas sólo pueden hacerse para cumplirse. Entonces sucedió. Cientos de voces corearon, con total honestidad, ¡Sí, protesto! “Y si no cumpliera, que la nación me lo demande”, finalizó el Director. El sello de ese pacto fue el aplauso masivo nacido de la satisfacción por haber alcanzado ese sitio tan deseado, por tener, desde ese momento, un lugar dónde recibir la mejor educación del país.

En la UNAM nada termina sin su espectacular canto de batalla. José Cupertino Rubio los invitó a finalizar su Toma de protesta de una forma nueva que será, para ellos, una tradición. Levantó el brazo y sacudió el puño por encima de la cabeza mientras iniciaba la legendaria frase universitaria. “¡Gooooya!”, cantó, mientras todas las voces se unían para concluir el himno. “¡Cachún cachún ra ra!”, continuaron, hasta terminar una ceremonia que inició muy temprano, en sus hogares, con el nerviosismo de saberse elegidos y que terminó en el patio del CCH Vallejo, en la explanada de su nueva geografía escolar. Una ceremonia que inició un sábado 2 de agosto, pero que será para siempre.

Autoridades e invitados:

  • José Cupertino Rubio, director CCH Vallejo
  • Raymundo Jiménez Galán, Secretario General
  • Rocío Sánchez Sánchez, Secretaria de Apoyo al Aprendizaje
  • José Cruz Monroy Arzate, Secretario Académico
  • Francisco Marcelino Castañeda, Secretario Docente
  • Verónica González Ledesma, Secretaria de Asuntos Estudiantiles
  • Saúl Esparza Vázquez, Secretario Técnico de SILADIN
  • David Pastor Vico, filósofo y conferencista
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