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¿Cómo sé que es momento de empezar terapia?

Tratamiento ayuda a tener claridad, asegura psicóloga

¿Cómo sé que es momento de empezar terapia?
Tratamiento ayuda a tener claridad, asegura psicóloga

Si sientes que tus esfuerzos son insuficientes para resolver un problema, si no te puedes concentrar, tienes ansiedad, si constantemente tienes preocupación, las emociones te abruman, no puedes dormir, comes poco o en exceso, tienes hábitos que afectan tu salud (alcohol, internet o drogas), pueden ser focos rojos y sea momento de ir a terapia para saber qué te está ocurriendo.

Así respondió la psicóloga Mayela García Gutiérrez a la pregunta: ¿Cómo sé que es momento de empezar terapia?, el tema de una charla que ofreció a jóvenes cecehacheros y que tuvo como propósito orientarlos sobre el valor de las intervenciones psicoterapéuticas para resolver cuestiones emocionales.

Como parte del ciclo “Brújula en mano”, la maestra en Terapia Familiar habló de los factores que impiden a la gente pedir ayuda profesional para resolver sus emociones, en este caso, evitando asistir a terapia por cuestiones económicas, de prejuicios o desinformación.

Para no buscar pretextos, les aclaró, en primer lugar, que la psicoterapia es el tratamiento de problemas emocionales a través de medios psicológicos, en busca de aliviar el sufrimiento, mejorar el bienestar emocional y la salud mental del consultante.

Las estrategias que se utilizan, dijo, son de acuerdo con cada enfoque de terapia, porque hay muchos, la mayoría de ellos se centra en tratar de de hablar, hacer preguntas clave, mostrarte perspectivas que quizá no alcances a ver desde el lugar en donde estás.

García recordó que hay distintos niveles de apoyo: la intervención en crisis sería el nivel que amerita ir con un psicólogo, cuando algo ocurrió, necesitas adaptarte y procesarlo, por ejemplo, el sismo del 2017, cuando muchas personas se quedaron sin sus casas o perdieron familiares.

Para sanar una experiencia traumática, como una situación de abuso, de violación, de asalto, un secuestro, después de esto, se necesita recuperar la confianza, la seguridad y reacomodar lo que ocurrió.

La terapia convencional sirve, a grandes rasgos, para resolver problemas psicológicos y todo lo que implica, como obtener herramientas para enfrentar problemas de la vida; cambiar patrones de conducta o hábitos, cuando te involucras en las mismas situaciones o te relacionas de la misma manera con tus parejas, para identificar qué te hace caer en la misma situación y cambiarla.

La intervención psicológica, añadió, puede ayudar a tener claridad ante un conflicto, es como llegar con un nudo en la cabeza y funciona para ir desenredando los hilos; el terapeuta y la conversación pueden dar claridad respecto a lo que pasa realmente, por qué se está en esa situación y, por supuesto, qué se necesitaría para salir de ella.

Si alguna vez has pensado ir a terapia, dijo, pregúntate por qué no has ido, porque si se trata de economía, apuntó, hay muchas opciones que son de bajo costo o incluso gratuitas, por ejemplo, hay líneas de atención telefónica; “me parece que la UNAM tiene una de ellas, justamente manejada por la Facultad de Psicología, y hay otros espacios a los que pueden acceder al acompañamiento terapéutico psicológico como Locatel”.

También hay mucho contenido gratuito en las redes sociales, que no es igual que una terapia, pero pueden empezar por ahí, cuando alguien quiere ir a terapia busca la manera, “incluso ustedes como estudiantes pueden acercarse a la Facultad de Psicología donde hay espacios disponibles, como los alumnos de maestría, que justamente están en ese proceso de dar servicio a la comunidad”.

Otras razones, refirió, tienen que ver con el sentido de autosuficiencia, cuando se cree que uno puede solo o sola con sus problemas; con lo intimidante que les resulta contarle sus cosas a un extraño, y con el miedo a abrir la caja de pandora, ante un pasado doloroso, pero justamente la terapia es un espacio seguro de contención, para hablar de estos temas y para saber cómo manejar lo que pueda surgir, concluyó la psicoterapeuta. 

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