Desde edades muy tempranas, los jóvenes comienzan a vivir situaciones de violencia física y, sobre todo, psicológica en sus relaciones. Entonces, promover la amistad y el noviazgo sin violencia es fundamental, enfatizó la profesora Xóchitl Barrera Salgado, técnica académica.
Esto en el marco del Festival Amor sin Violencia realizado en la explanada frente a la biblioteca de Azcapotzalco, donde se contó con el apoyo de los promotores académicos.
Además, se colocaron diversos módulos en los que, a través de actividades lúdicas e informativas, se invitó a los jóvenes a reflexionar en torno a qué hay detrás de ese amor romántico que la televisión o las letras de las canciones difunden, así como a identificar situaciones cotidianas en las que pueden verse señales de violencia.
El festival se complementó con la presencia de los alumnos de último semestre de la carrera de Psicología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FES), quienes realizan sus prácticas profesionales o servicio social en el plantel, y ofrecieron actividades de sensibilización y reflexión en torno a los diferentes niveles de violencia que se pueden vivir dentro de una relación.
Algunas de las actividades en las que participaron los jóvenes fueron armar un rompecabezas, escribir acciones que consideran violentas, moldear símbolos referentes al amor.
También trabajaron con la playlist “Cómo suena el amor”, propuesta por los estudiantes de Psicología, con la que hicieron un análisis de las letras de las canciones y los mensajes que hay en ellas. “Son canciones que hablan de un amor correspondido o que, si no lo es, valida el dolor, pero no termina en tragedia”, señaló María Esther Rodríguez de la Rosa, profesora a cargo de tres grupos de servicio social.
Apuntó la importancia de abrir estos espacios para la información, el diálogo, el acercamiento y la escucha de los jóvenes, ya que “al hablarlo reconocen la situación y pueden gestionar sus emociones, saber cuándo algo los hace sentir incómodos y, entonces, dar el siguiente paso, que es nombrar una acción que atenta contra su integridad psicológica o, a veces física, para pedir ayuda”.
Reconoció que, si bien ya existe bastante información sobre la violencia en las relaciones interpersonales y cómo detectarla, sigue siendo complejo para muchos de los jóvenes, dependiendo del contexto familiar, social o escolar en el que se desarrollan; de ahí, la relevancia de este tipo de actividades en donde se pueden expresar y compartir sus inquietudes o dudas, son canales para acercarnos a ellos y generar confianza, destacó.
