Aun cuando el riesgo de contraer cáncer de mama es más alto en mujeres adultas de más de 40 años, algunos reportes indican que se han registrado casos en jóvenes menores de 30 años y también en hombres, por lo que es importante sensibilizar a la población en torno a este tema, atender aquellos factores de riesgo modificables y no modificables e iniciar la autoexploración, así como medidas que lleven a una detección temprana de la enfermedad y con ello tener un mayor éxito de curación.
Así lo expresó Manuel Cisneros Salazar, médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a los estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades, de la Escuela Nacional Preparatoria, de la Facultad de Medicina y de las FES Zaragoza e Iztacala, al impartir la conferencia “Detección temprana del cáncer de mama”, la cual fue organizada por Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, a propósito del Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama (19 de octubre), establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1988.
“El cáncer de mama se origina cuando las células en el seno comienzan a crecer en forma descontrolada. Estas células normalmente forman un tumor que a menudo se puede observar en una radiografía o se puede palpar como una protuberancia (masa o bulto). El tumor es maligno (cáncer) si las células pueden crecer penetrando (invadiendo) los tejidos circundantes o propagándose (metástasis) a áreas distantes del cuerpo”, explicó.
Las mujeres tienen que incorporar a su vida, como una práctica, el checar cada mes, por medio de la autoexploración, cualquier cambio en sus senos, a partir de los 20 años y ante cualquier indicio acudir con el médico correspondiente.
Al respecto, subrayó que algunos de los motivos más recurrentes para no llevar a cabo esta práctica o una exploración clínica son que algunas mujeres no lo consideran necesario, les da miedo o pena, se sienten bien de salud, no les han ofrecido el servicio o afirman que les hacen perder mucho tiempo.
Incluso para realizarse una mastografía, hay quienes comentan que no es necesario, por lo que son importantes las campañas de sensibilización y dar información al respecto.
Por ello invitó a las mujeres de 20 años y más a llevar a cabo una autoexploración mamaria cada mes, específicamente entre los días 7 y 10 después de la menstruación o seleccionar un día fijo en caso de no menstruar, con el propósito de identificar algún cambio en la forma, tamaño o coloración del seno o pezón, como pueden ser protuberancias, venas crecientes, hendiduras, bulto interno, erosiones en la piel, hundimiento del pezón, piel anaranjada, enrojecimiento y ardor, huecos, asimetrías, fluidos desconocidos o endurecimientos.
Para las jóvenes de 25 años y más asistir a una exploración clínica de mama cada año y para quienes tienen de 40 a 69 años, realizarse una mastografía de tamizaje cada dos años, esta última ha demostrado su eficacia en la detección, compartió el médico, ya que por cada mil mastografías se ha llegado a considerar 70 probables y, entre ellos, después de otras valoraciones, un número de dos casos de cáncer de mama.
Una detección temprana, expuso el especialista, permite una menor posibilidad de metástasis, también que los tratamientos quirúrgicos sean menos radicales, y los tratamientos menos complejos y con mayor éxito, mayor posibilidad de curación, reducción de la mortalidad, menor gasto en salud y una pronta integración a sus actividades.
Para finalizar, el ponente puntualizó la importancia de que la población esté bien informada porque sólo así será capaz de cambiar creencias y obstáculos culturales y tomar decisiones que favorezcan su salud y también que en este proceso el hombre (como pareja) sea aliado en las acciones de prevención y detección.