“¿Cómo surgió mi amor por el arte? Me lo he preguntado mucho. Cuando era pequeña me gustaba mucho dibujar, pero dejé de hacerlo por un tiempo; sin embargo, cuando entré al CCH todo se alineó para que inevitablemente lo retomara. Ahora pienso y tengo presente esta idea de que nadie se muere de hambre haciendo lo que le gusta”, señaló Denisse Canel, joven artista egresada del CCH quien obtuvo el tercer lugar en el 12° Concurso Nacional de Pintura Artística Rodin-Royal Talens-Hahnemühle.
En entrevista, la excecehachera compartió las satisfacciones y desafíos que ha experimentado como artista, entre ellas, el constante aprendizaje y formación para expresarse a través de la pintura, el mural, la gráfica, la fotografía y más técnicas; el ser mujer en un área dominada por la mirada masculina, así como el abordar la crítica social dentro de su obra.
La actual estudiante de Artes Visuales comentó que su travesía tuvo un auge en el Colegio de Ciencias y Humanidades, espacio donde encontró no solo su vocación, sino su voz y medios para desarrollarse profesionalmente, al punto de que, en la actualidad, su obra se encuentra expuesta en el Museo Soumaya de la Ciudad de México, uno de los recintos más importantes del arte contemporáneo a nivel nacional.
El CCH, la gran escuela
“En el CCH fue donde, principalmente, desarrollé los lenguajes visuales y audiovisuales. Empecé por el taller de cine, donde colaboré mucho (…) También tomé talleres de fotografía, cerámica, dibujo, un sinfín, todos en el CCH. Yo intentaba aprovechar todo lo que el Colegio me daba, me la vivía en el plantel, llegaba a las 8:30 de la mañana, tomaba Opción Técnica y por la tarde-noche asistía a mis clases. Es muy importante que los alumnos tengan estas actividades extracurriculares, porque te sensibilizan, vayas o no a las artes. Yo siempre le estaré agradecida al CCH”, dijo.
Para Denisse Canel, haber estudiado en el Colegio fue una experiencia trascendental, ya que en este centro educativo no solo adquirió las herramientas y desarrolló sus habilidades artísticas, sino que también fue el espacio donde incursionó a nivel profesional, pues se encargó del mural en honor a Mario Lenguas de Mileto en la Biblioteca Dr. Ignacio Renero Ambros, del plantel Naucalpan, situación que la llenó de mucha satisfacción.
No obstante, para la estudiante, el seguir esa pasión artística no fue una cuestión sencilla, debido a que se enfrentaba a diversas complicaciones, entre ellas, la distancia entre su hogar en el Estado de México y la Facultad de Artes y Diseño en Xochimilco, el factor socio económico, así como la incertidumbre familiar.
“Tenía mucho miedo de tomar una decisión. Nunca fui mala en química ni en matemáticas, iba bien en mis clases, pero yo sabía que el arte era donde yo pertenecía. Ya tenía proyectos de cine o de teatro y, a la par, también dibujaba mucho, entonces todo era muy claro, pero no me animaba por mis papás”.
Sin embargo, también dentro de los pasillos de este centro educativo encontró el empuje y dio el gran paso, mismo que ha transformado su vida:
“Fue un maestro del CCH, a quien yo considero como mi mentor, quien me dijo: ‘sería un gran error que desperdiciaras todo tu talento. Tú atrévete, nadie se va a morir de hambre haciendo lo que le gusta’. Sin permiso, metí mi Pase Reglamentado a Artes Visuales (…) al inicio de la carrera pensaba qué iba a hacer, fue muy difícil, pero al final todo se alineó”, recordó.
Contar una historia
Sobre sus pinturas expuestas en el Museo Soumaya, Vocación temprana y Orfandad, Denisse Canel comentó que son piezas vinculadas con su historia, con el ser mujer y el contexto social donde ha vivido y se ha desenvuelto.
“Es una serie y la primera pintura habla del descuido de las infancias, el cómo en nuestro contexto se ven vulneradas, mientras que la otra pintura apunta hacia la delincuencia. Hablo de esto porque nací en un barrio de clase media, media-baja, y fui testigo de cómo todos mis compañeros de la primaria ya no llegaron a la universidad, y no por otra cosa que por situaciones como delincuencia o crisis económica”, dijo.
En ese sentido, explicó que dentro de este recorrido ha tenido diversos aprendizajes, entre ellos, el descubrir el poder del arte, porque “quiero contar mi historia. He vivido situaciones difíciles y no me interesa mucho hacer un arte expresionista o abstracto, sino de crítica social, pues considero que el poder de la imagen es algo muy fuerte y hay cosas que necesito contar”.
Asimismo, reveló que pese al machismo presente en este medio ha podido avanzar gracias al movimiento feminista que adoptó desde el CCH:
“estar en el contexto de mujeres en formación y de desarrollo de pensamiento crítico que viví en el Colegio, me permitió descubrir que había cosas que no estaban bien. Esto me ha ayudado a poner un stop a estas cuestiones y estoy comprometida a no traicionar mis valores ni ideales. Además, necesitamos a más mujeres en el arte”, expuso.
Por último, la joven artista, quien también participa en la exposición #NOS en Guadalajara y prepara su próxima serie donde hace una crítica hacia el consumo, llamó a los jóvenes a seguir sus convicciones y sueños “sin miedo”, además de prepararse con las herramientas que proporcionar el Colegio, pues el esfuerzo y la dedicación siempre serán vitales para conseguir sus metas, “solo es cuestión de que estés dispuesto”.
