Nuevamente, como hace más de dos años, el Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Oriente, volvió a llenarse de las risas, de los abrazos, y de las miradas curiosas de los estudiantes de tercero y quinto semestre.
Muchos, provenientes de la zona oriente de la Ciudad y del Estado de México llegaron con minutos de anticipación, el ingreso fue de manera ordenada y con cierta prisa por ubicar los salones de clase.
“Estoy nerviosa, pero también contenta, ya que fueron dos años que no teníamos clases presenciales y creo que aprenderé más así”, comentó Erandy García Morales, de tercer semestre.
Y es que esta nueva etapa es como un renacer, así lo señaló el maestro Jorge Gallardo, de la materia de Biología, quien ante sus estudiantes, un poco tímidos, les pedía que reflexionaran sobre la oportunidad de estar en el Colegio.
A este ambiente festivo se sumaron también los trabajadores, “me siento feliz, pues ya extrañaba hacer actividades para la formación de los estudiantes. Tengo 30 años en la UNAM y sigo contenta de poder apoyar a los maestros y jóvenes en esta etapa”, compartió Oralia Rosas, laboratorista.
Aún con la mañana fresca y húmeda provocada por la lluvia de la noche, los jóvenes salen de su primera clase y rápidamente buscan el sitio para dialogar y empezar a conocer nuevas amistades.
Como lo expresa Naomi Vázquez Ocampo, “tengo nervios por saber cómo serán mis nuevos profesores y compañeros, pero también estoy feliz de estar en presencial, sin duda aprenderé cosas nuevas y tendré más amistades”.
