Delfos

Delfos: La calle como concepto vivencial

Presentan el más reciente número de la publicación

Delfos: La calle como concepto vivencial
Presentan el más reciente número de la publicación

“Las revistas son siempre un auxiliar de la memoria”, señaló el Director general del CCH, Benjamín Barajas Sánchez, al felicitar al comité editorial y a todos los colaboradores del más reciente número de Delfos y que está dedicado a “La calle como concepto vivencial”.

Recordó que las revistas suelen morirse después del número cero o en el uno, y cuando les va muy bien llegan al dos, aun así son testimonios extraordinarios de todo lo que se suele hacer, de las actividades académicas, de la reflexión, de lo que uno piensa, siente y desea, y luego escribe.

“Cuando se haga la historia del Colegio, de la Universidad, del país, por qué no, en algunos años, las fuentes de consulta serán las revistas, periódicos y textos escritos, de ahí su importancia. Delfos es una revista muy bonita, está muy bien diagramada, con buenas ilustraciones, acordes con el tema, que es justamente “La calle, como un espacio vivencial”. Siempre que nos sea posible, apoyaremos este tipo de proyectos”, aseguró.

Por su parte, Keshava Quintanar, director del plantel Naucalpan, consideró un agasajo contar con este tipo de publicaciones “en nuestro plantel, en el Colegio y en nuestra Universidad e ir formando este gran camino de escritura colectiva, de diálogo entre nosotros... Felicito a todo el equipo de esta revista y de otros proyectos de la institución, este número 7, en particular, es muy provocador y artístico, incluso hasta revolucionario en algunos momentos”.

Joel Hernández, director de la publicación, destacó el trabajo colectivo que la revista ha congregado al interior de sus páginas los esfuerzos del profesorado del Colegio: “Su labor consiste en mantener vigente el diálogo respetuoso entre las disciplinas a través de sus problemáticas transversales”.

 

Las colaboraciones

José Efraín Refugio señaló que su artículo “Las calles como medio”, lo hizo a partir de los movimientos antisistémicos y anticapitalistas, y plantea que la calle pasa de ser un espacio ordinario, común, a convertirse en un espacio simbólico, que tiene que ver con el punto de encuentro físico, donde las personas no sólo coinciden físicamente, sino con ideas, a veces comunes, a veces opuestas, y con una serie de propuestas políticas. Mencionó los movimientos del EZLN, Ocupas en España, Wall Street en Estados Unidos y el movimiento feminista, los cuales tomaron las calles para manifestarse.

López, en “La calle, un espacio para nosotros y los otros”, sostiene que puede ser parte de la rebelión que necesitamos, pues el ser humano esconde más de lo que muestra. De día, la calle es el triunfo de la cultura y la civilidad y, de noche, el infierno donde habitan los demonios de la humanidad y “sucede el tiritar de nuestros dientes y el temblor de nuestros cuerpos temerosos”.

Miguel Ángel Muñoz, en “La calle: el día que se transforma en un prisma multicolor”, aborda, entre otros puntos, las marchas del Orgullo LGBTTTI Q+, que constituyen una oportunidad de salir del “–clóset”–, de ganar presencia pública y visibilidad ante la sociedad. De conmemorar y de celebrar la dignidad de ser quien se es. “Considero que la celebración no contradice a la reivindicación. Es mejor hacerlo y enfatizarlo públicamente en la calle, convirtiéndola en un prisma multicolor”, dice.

Martha Patricia Trejo presenta el trabajo de la muralista Sofía Castellanos, cuyo sello principal son las mariposas, que podemos ver en cada una de sus obras; la fuerte atracción hacia ellas la llevó a un profundo estudio, análisis y de reflexión para comparar las mariposas con el ser humano, sobre todo la mujer, ya que ambas tienen un proceso de transformación. 

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