Katherine Marino, catedrática de Historia en la UCLA, conversó con estudiantes del plantel Oriente del CCH, a quienes presentó su libro Feminismo para América Latina y contó un poco la trascendencia de este movimiento social, que fue interamericano y resultó de suma importancia en la primera mitad del siglo XX.
En un video proyectado en la sala audiovisual Pablo González Casanova, Marino recordó que aquel movimiento estuvo integrado por agrupaciones y dirigentes latinoamericanas y estadounidenses, unidas en sus demandas por los derechos de las mujeres y la justicia global.
“Aquellas féminas buscaron un cambio en los derechos civiles, el sufragio de la mujer, igualdad salarial, legislación en materia de maternidad y otros cambios alrededor del mundo”, dijo.
Fruto de aquellas luchas, expuso, nació la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) y el Primer Tratado de Igualdad de Derechos, en 1928. Estas luchas culminaron en 1945 cuando se creó la Organización de las Naciones Unidas y su Carta, que plasmó aquellas ideas y transformaciones, en las que tomaron parte la mexicana Amalia de Castillo Ledón y la brasileña Berta Lutz.
Luego, la psicóloga Claudia Ivet Navarro y la traductora Karla Esparza sostuvieron un conversatorio obre el hilo conductor de Feminismo para América Latina, que trata sobre la vida y la lucha de seis feministas.
Berta Lutz, de Brasil; Ofelia Domínguez Navarro, de Cuba; Paulina Luisi, de Paraguay; Martha Vergara, de Chile; Doris Stevens, de Estados Unidos, y Clara González, de Panamá, son fundadoras de las primeras organizaciones feministas en sus países.
En México, la Revolución de 1910 y la Constitución de 1917 fueron hechos catalizadores a nivel hemisférico de las demandas por los derechos, políticos y civiles de las mujeres
Navarro, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que el libro es un rescate de aquellas luchas históricas y civiles, por lo que responde a preguntas como: “¿cómo empezó la historia del feminismo en México y en toda América Latina?” y “¿por qué todas las luchas en Latinoamérica son similares?”.
Mientras Esparza habló del feminismo en la literatura, que primero fue abstracción y luego un concepto con muchos sesgos.
