Se tiende a pensar que en la época de oro del cine mexicano sólo existe una representación de la mujer, es decir, como una figura sumisa, virtuosa y abnegada, pero existen otras expresiones menos tradicionales, afirmó Moisés Elías Fuentes Aburto durante la charla “Cine mexicano de la Época de Oro y la imagen femenina”.
Durante su disertación realizada en el plantel Oriente, el especialista comentó que, erróneamente, se ha difundido que la industria cinematográfica experimentó un apogeo de 1934 hasta 1957, año del fallecimiento del artista Pedro Infante.
Explicó que en la primera película sonora de México, Santa (1932), dirigida por Antonio Moreno y protagonizada por Lupita Tovar, se muestra que la falta de Santa no fue la prostitución, sino la desobediencia a sus padres.
Asimismo, el también autor de libros de ensayo y poesía, y colaborador de La Jornada Semanal explicó que en el filme Allá en el Rancho Grande, el director Fernando de Fuentes presenta la idea de la mujer mexicana ideal como un ser “puro”, que se enamora de forma espiritual y no sexual, por lo que es una persona pasiva con una figura romantizada.
“Esta idea se repite en los escenarios rurales y urbanos, por ejemplo, el personaje de La Chorreada en Nosotros los pobres, dirigida por Ismael Rodríguez”, destacó.
“Esta visión era impuesta, en buena medida, por la censura de la época, promovida por grupos como la Liga de la Decencia”, dijo.
No obstante, los cineastas buscaron la forma de esquivar dicha censura con el subgénero de las rumberas, “el cual rompió las limitaciones morales”. Comentó que esta etapa apareció la figura de la femme fatale, es decir, “la mujer seductora (…) Un ejemplo es el personaje de Ninón Sevilla en Sensualidad, quien seduce a un juez honorable, aunque al final este tipo de mujer recibe su castigo”.
Además, resaltó el personaje de la mujer urbana que expresa su sexualidad de forma pícara, ligera y divertida. A modo de ejemplo, destacó las películas de Germán Valdés Tin Tan, “donde se presentan mujeres dinámicas, que tienen trabajo remunerado, incluso, los hombres inmaduros son el problema de su vida”.
Por último, afirmó Fuentes Aburto, “se fue modificando la idea de la mujer como un ser pasivo, sobre todo con la aparición de figuras como María Félix, lo que ayudó a romper moldes; representó a las mujeres fuertes que retaban a la opinión pública conservadora”.