Durante la última jornada del Segundo Festival Cultural del CCH en el plantel Sur, Verónica Murguía presentó El cuarto jinete, una historia que se ubica en 1348 en París, cuando la peste bubónica causó graves estragos en la población.
“Este texto habla sobre la peste negra, mientras el Covid mató a dos de cada diez personas, la peste negra mató a ocho de cada diez, es el peor desastre que ha ocurrido en la humanidad, murieron 200 millones de personas”, lamentó.
La escritora describió que esta enfermedad era sumamente cruel en sus manifestaciones fisiológicas porque se inflaman los ganglios y se dice bubónico poque salen unas bolas, que se llaman bubas que impiden que la gente respire bien, aparecen en las axilas, en la garganta, “era realmente abominable”.
La gente iba a los funerales y caía muerta, las personas que cuidaban a otros en los hospitales caían muertas, hay muchas crónicas, la peste salió de China, como el Covid; hubo un cambio de temperatura por esos años, que debemos tomar muy en serio nosotros, las cosechas de arroz se pudrieron y los mongoles se dedicaron a cazar marmotas para comer, estos animales se mezclaron con las ratas urbanas y la pulga de la marmota que lleva la peste negra se pasó a las ratas”.
Las ratas eran compañeras de la gente, destacó, como las cucarachas ahorita, andaban donde quiera, esta pulga mató mucha gente en Asia, pero las rutas comerciales no se detuvieron y esta enfermedad llegó a Italia, luego a Francia y después a Inglaterra, la peste negra hizo un dibujo como una elipsis, que un historiador dijo que era como una horca, agregó.
“Un día, allá por 1986, leí una crónica de un señor que pensó que era la última persona en el mundo, porque todos a su alrededor habían muerto. “Dios nos castigó, soy el último hombre sobre la tierra, el diablo triunfó, dejo tinta por si hay otro hombre de Adán sobre la tierra y llegó alguien que dijo: quedé yo”. Imaginen lo terrible y solitario que se habrá sentido esa persona. Desde entonces me puse a averiguar todo sobre la peste negra”, sostuvo.
La autora de más de una docena de libros para niños recordó el día que aprendió a leer y cómo rápidamente terminó un libro que había que leer durante el año, “después me leí todo el librero de mi casa y ahí había varias obras sobre la Edad Media, desde entonces me atrapó y de eso vivo”.