Con el objetivo de mantenerse a la vanguardia, no sólo a nivel nacional, sino internacional, el Colegio incorpora y pone en práctica, por primera vez, el enfoque de la sostenibilidad, con el que sin duda vamos a actualizar e innovar nuestro Modelo Educativo, sus pilares y la metodología de enseñanza experimental, todo ello para fortalecer el aprendizaje significativo y el Perfil de Egreso de los estudiantes.
Lo anterior lo afirmó Carlota Francis Navarro León, académica del plantel Sur, quien junto con los profesores José Francisco Cortés Ruiz Velasco, del plantel Azcapotzalco; y Carlos Miguel Crespo Ortiz, plantel Vallejo, coordinaron el primer Diplomado Interinstitucional para Innovar Cultura, Enseñanza y Aprendizaje Experimental de las Ciencias Naturales desarrollo sostenible, química verde-microescala y herramientas digitales.
La actividad concluyó el pasado 4 de agosto en las instalaciones del instituto referido y convocó a autoridades de ambas dependencias universitarias, quienes reconocieron el trabajo y el vínculo interinstitucional para llevar a cabo el diplomado.
De esta actividad egresaron “20 profesores líderes formados para trabajar y enseñar, ya no sólo de manera inter y/o multidisciplinaria, sino con una visión de trabajo transdisciplinario que fortalezca el aprendizaje significativo y autónomo del joven estudiante”, explicó la académica.
Además, compartió, incursionaron y se actualizaron en los cinco pilares educativos y en ámbitos como la metodología de enseñanza, la pedagogía y la didáctica que caracteriza la enseñanza de las asignaturas del Área de Ciencias Experimentales.
La educación para la sostenibilidad, detalló la académica, implica una mirada holística que reconoce la interconexión entre los sistemas naturales y sociales, se “busca que los estudiantes comprendan cómo nuestras acciones individuales y colectivas afectan el medio ambiente y a la sociedad en su conjunto”.
En este camino, el concepto de química verde también está incluido, un enfoque que busca la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental en los procesos químicos “en lugar de utilizar reactivos y procedimientos tradicionales que generan residuos y dañan el entorno, promovemos prácticas y metodologías que minimicen los impactos negativos”.
Otro aspecto relevante, dijo, es “la aplicación de la química verde a escala reducida o microescala. Con esta aproximación, no sólo reducimos los riesgos inherentes a algunos experimentos, sino que también contribuimos a la disminución del consumo de reactivos y energía”.
De igual manera, reconoció el potencial de la tecnología, por lo que “a través de simulaciones y plataformas interactivas podemos acercar a nuestros estudiantes a conceptos y prácticas científicas sin recurrir a experimentos que generen residuos”.
A lo anterior, se suma la didáctica transmoderna, “una perspectiva educativa que busca integrar los valores tradicionales con los conocimientos contemporáneos, haciendo hincapié en la interdisciplinariedad y la pluralidad de perspectivas”, de esta manera se “busca formar ciudadanos conscientes, críticos y comprometidos con el bienestar de nuestro planeta y de todas sus formas de vida”.
Al respecto, Braulio Rodríguez Molina y Marcela Castillo Figa, secretarios Académico y de Vinculación, respectivamente, del Instituto de Química, se pronunciaron por continuar con el vínculo interinstitucional con el CCH y contribuir en la formación de profesores, y en el mejor aprendizaje de los jóvenes bachilleres.
Por su parte, David Morales Morales, del Instituto de Química, resaltó el semillero que representan los egresados del diplomado, ya que son el capital humano que más tarde proveerá a las facultades e institutos de jóvenes que buscarán resolver problemas. Se pronunció porque este ejercicio académico se ajuste y perfeccione, de modo que se empiece, con las generaciones más jóvenes, a trabajar la sostenibilidad y los demás aspectos que integran la Agenda 2030.
Al hacer uso de la palabra, J Concepción Barrera de Jesús, coordinador del Centro de Formación Continua (CFC) del CCH, destacó el gran compromiso demostrado por los profesores del CCH con su formación y con sus estudiantes, así como de los docentes que impartieron el diplomado con la Universidad, el Colegio y los alumnos. “Este diplomado seguramente impactará en el aula con nuestros estudiantes”. Sin duda, dijo, las investigaciones son una prueba de lo que implicó llevar a cabo en el diplomado.
En tanto, David Castillo Muñoz, secretario de Servicios de Apoyo al Aprendizaje del CCH, en nombre del director general del CCH, Benjamín Barajas Sánchez, recordó algunas de las actividades que antecedieron al diplomado, como fue el curso Enseñanza Experimental en Microescala Química Verde con Enfoque Sostenible.
Lo anterior, dijo, incentivó el Primer Congreso Estudiantil Clubs de Desarrollo Sostenible, Química Verde, Microescala y Herramientas Digitales, que arrojó buenos resultados: alrededor de 200 estudiantes participaron, más de 25 profesores guía y se presentaron 57 trabajos. Llamó a dar continuidad a este gran esfuerzo: “tengo una visión optimista de que los maestros sabrán buscar en los alumnos su talento y creatividad para que después ellos estén aquí (en el Instituto), pues son los chicos del siglo XXI”.
En nombre de los profesores egresados, Reynaldo Martínez Guerrero, del plantel Vallejo, expresó que en el diplomado se exploraron “una variedad de estrategias para enfrentar situaciones problemáticas y fomentar el aprendizaje colaborativo. Como docentes, hemos consolidado la práctica de la evaluación auténtica con un enfoque formativo”.
En tanto, Ninel Karla Cirio Guillón, también de Vallejo, compartió que lo novedoso del diplomado fue el enfoque sostenible, la química verde y trabajar en microescala, basado en los principios aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser, con la perspectiva de llevarlo a aprender a convivir y aprender a trascender o a transformarse. Un trabajo muy arduo que busca incidir en el perfil de egreso del alumno, de contagiarles nuestro amor hacia todo esto y de que estudien carreras de corte científico, y que sean, críticos, autónomos, conscientes y que regulen su aprendizaje y lo lleven a su comunidad.
El diplomado concluyó con la presentación del trabajo final de los profesores en formato cartel, como fueron “Extracción del ácido carmínico a partir de la grana cochinilla desde la química verde y la biología evolutiva”, de la profesoras Edith Morales Gil y Eréndira Rosales Romero; “Huertos urbanos, una propuesta para resolver la contaminación por desechos sólidos”, de Margarita Oliva Castelán Sánchez y Liliana Velázquez Márquez; “Desarrollo de una formulación para elaborar un producto alimenticio sostenible y nutritivo a partir del chapulín de la milpa y cáscara de berenjena”, dirigido a estudiantes mexicanos de 15 a 18 años, de Alejandro López Álvarez y Jesús González García.
También se expuso el cartel “Purificación de agua residual. ¿Y tú que harías?”, de Maribel Roblero García y Edith Elidé Romero Esquiliano; “Recuperación de metales base (MB) a partir de pilas agotadas”, de Daniela Marcela Barranco Rivera y Alejandra Verdejo Palacios; “Elaboración de papel a partir de pasto común. Del jardín a tu cuaderno”, de Víctor Aarón de la Rosa Barajas y Reynaldo Martínez Guerrero; “Suero que estimula el crecimiento de las pestañas Xiltehaek”, de Ninel Karla Cirio Aguillón y Emma Belem Andrade Hernández.
Por último, “La importancia del nitrógeno en el suelo a partir de un caso de enseñanza: La cuenca de México, empleando química verde, microescala y herramientas digitales”, de Nancy Barrios Mota y María Susana Hernández Sosa; “Evaluación de la viabilidad de semillas para la producción sostenible de alimentos con la finalidad de combatir la hambruna”, de Yadira Hernández Torres y Yazmín Anaín Mendoza Segovia, y “Elaboración y aplicación de insecticidas naturales, una propuesta para mitigar el impacto ambiental producido por la contaminación de insecticidas comerciales”, de Luz Elena Flores Bustamante y José Raúl Cermeño García.
