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Muerte y vida en la pandemia

Espacio de pensamiento colectivo para los alumnos

Muerte y vida en la pandemia
Espacio de pensamiento colectivo para los alumnos

A un año de la pandemia, la comunidad cecehachera se ha distinguido por su capacidad de resiliencia, ha trabajado a la distancia y ha dado resultados académicos, no obstante, dicha situación también ha afectado de manera grave el aspecto de la sociabilidad, “del ser humano vinculado con otros seres humanos, en diálogo, en convivencia, en celebración y también en conflicto, y en construcción de un mundo mejor”, resaltó Benjamín Barajas Sánchez, director general del CCH, al inaugurar la charla “La muerte y la vida como elementos de la existencia humana”.

Analizar, exponer y debatir sobre este tema y otros de actualidad bajo el contexto de la emergencia sanitaria es lo que ofrece a la comunidad cecehachera las Charlas filosóficas para reflexionar la actualidad, organizadas por la Secretaría de Programas Institucionales del CCH.

Se trata de “un espacio de pensamiento colectivo de carácter filosófico sobre temáticas de diversos aspectos de la vida personal, social y global que se han visto modificados, a partir de la emergencia sanitaria y que han trastocado diversas dimensiones de la vida y la cotidianidad de nuestra sociedad”, informó Gema Góngora Jaramillo, titular de dicha secretaría.

 

Debate y análisis desde el aula

“Las condiciones de la pandemia nos ponen en una condición de infortunio, mismas que bien o mal se tienen que resolver. La escuela tiene mucho que dar, pero esta certidumbre de la muerte y la búsqueda del sentido de la vida tiene que formar parte de sus contenidos”, comentó Jorge Luis Gardea Pichardo, académico del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Sur.

“Son temas que hay que abordar, pero hay que tener en cuenta la importancia de la autonomía de los jóvenes y ver también que son menores de edad; como profesores hay que ser cuidadosos de lo que decimos y de no querer influir en los alumnos para que hagan lo que nosotros queremos o nuestras convicciones. Hay que ser muy responsables sobre lo que se dice y se hace y cómo influye”, apuntó.

Los profesores, en particular, y la institución, en general, tienen que pensar en cómo ofrecer a sus estudiantes temas, autores y perspectivas y ponerlas sobre la mesa para ser llevadas a debate, elementos para el juicio y el análisis, además de cómo cambiar la institución para ser mucho más solidaria con sus miembros, comentó Ernesto Priani Saisó, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM.

Todos como profesores, explicó Priani Saisó, hemos tenido que enfrentar la muerte de algún ser querido para un alumno, lo que le afectó en su desarrollo escolar; no es una situación habitual, ya que ocurre con mayor frecuencia y esto nos ha llevado como profesores a responder cómo podemos a la distancia, con las herramientas que tenemos; nuestra respuesta es limitada, podemos consolar, podemos compartir, acompañar, modificar el proceso de aprendizaje o el proceso de evaluación.

En este sentido, señaló que la filosofía también tiene que llegar a los jóvenes a través de otras formas de comunicación. “No se puede hablar de la vida y la muerte desde el punto de vista filosófico sin reflexionar sobre el contexto en que se produce la reflexión filosófica. He sido resistente a pensar que la filosofía debe tener por objetivo la influencia social, creo que ese es una de las trampas de este mundo moderno: si no eres famoso, o no tienes muchos likes, no existes.

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