Hay un tráfico impresionante a las afueras del plantel Sur, que se suma al tumulto de jóvenes que llegan para entrar al segundo turno y se unen con los que salen del primero; es un ir y venir de estudiantes en grupo o parejas, pocos son los que se mueven solos. Diversas pláticas se escuchan: “Me tardé mucho en llegar, por poco y mi mamá ve mi tira de materias, sentí morir” y una chica busca a alguien llamado Emiliano.
Debido a la hora, los puestos de comida instalados a las afueras del plantel están saturados y las tiendas de la escuela, lo mismo, predominan las papas a la francesa. Hay una larga fila para los baños, para servicios escolares y chicos desorientados que buscan un cambio de turno.
Ángel Emiliano Mendoza, de quinto semestre, dijo sentirse emocionado de conocer a muchísima más gente, “me presioné bastante porque no sabía cómo hacer mi registro, pero fuera de eso, me ha parecido todo bien; en las clases en línea se hacía lo que se podía, ahorita pienso disfrutar al máximo las clases presenciales, quiero descubrir más la escuela y los recursos que nos ofrecen, conocer a mis profesores y convivir con mis compañeros”.
Leidana García, también de quinto semestre, piensa estudiar Relaciones Internacionales. “Estoy tranquila y nerviosa, mis expectativas son de mucho aprendizaje, más que por vía virtual, con ganas de aprender y no distraerme tanto”. Yatana Ruiz coincidió en querer lograr más aprendizajes: “Tengo muchas expectativas positivas de este semestre que empieza”.
Oliver Tovar, de tercer semestre busca coincidir con algunos compañeros del año pasado y aprender, echarle ganas porque siente que durante la pandemia perdió mucho nivel. Por su parte Ian González afirmó que le agrada mucho venir de forma presencial todo el tiempo, “el plantel es muy bonito, los profesores que me han tocado han sido muy buenos, de mis compañeros no me puedo quejar, hay muy buen ambiente”.
Ofelia Ortiz, trabajadora de la institución desde hace 25 años, comentó que “ya extrañábamos a los chicos, porque son la vida del plantel”. El profesor de Historia, Mario Navarro consideró que este reencuentro es muy emocionante y gratificante, pero hay que seguir cuidándose. Ricardo Vázquez, también de Historia, opinó que los jóvenes transmiten mucha energía y andan de un lado para otro “es lo que nos hacía falta, las tecnologías son buenas, pero nos hace falta el contacto humano”.
