Con diversas actividades académicas y culturales, entre las cuales destacaron lecturas en voz alta, una muestra de combate y bodas al estilo celta, se llevó a cabo el primer Festival Medieval del plantel Naucalpan del CCH.
En aquellos tiempos de caballeros y castillos, el libro era un objeto carísimo y exclusivo, de ahí que las historias se compartían a través de la oralidad y la lectura tenía lugar en comunidad, de la manera como las letras adquieren su verdadera forma: en voz alta.
Acorde con este espíritu medieval, en la explanada cultural, las y los integrantes de los talleres literarios del plantel Tinta derramada, Modelo para armar, Cuando despertó el poema todavía estaba ahí y Desde tu ronco pecho, dramatizaron algunos textos de la época.
Al más puro estilo juglaresco, alumnas y alumnos leyeron desde formas poéticas como el romance y la redondilla, hasta textos míticos como fragmentos de la Edda Menor, donde se explica el origen del mundo según la cosmovisión vikinga y la descripción de criaturas fantásticas contenidas en bestiarios antiguos.
También destacó una muestra de combate y las bodas al estilo celta que, según datos disponibles, se basan en un ritual de unión de manos, que se entrelazan cruzando mano derecha de uno, con la izquierda del otro, formando el símbolo del infinito. La ceremonia la oficia una sola persona, que podría ser un sacerdote entrenado en la tradición.
El Festival Medieval es un evento que les dio a las y los jóvenes una oportunidad de divertirse, explorando un poco el nacimiento de la cultura occidental.
Sus distintas actividades buscaron evidenciar qué tanto de esta etapa de la historia de la humanidad perdura en la actualidad, en términos académicos, culturales, sociales o antropológicos.
Los organizadores confiaron en que en la siguiente edición la lectura en voz alta prevalezca, ya que es una actividad literaria fundamental y, si se piensa desde el contexto de lo medieval, sólo haría falta que también ocurriera en un banquete.
