Epidemia

La relación entre la lengua y las enfermedades

Han sobrevivido más de cinco siglos palabras como gota, sarna, lepra y rabia

La relación entre la lengua y las enfermedades
Han sobrevivido más de cinco siglos palabras como gota, sarna, lepra y rabia

Las enfermedades y epidemias en el continente americano han marcado aspectos como la literatura, el vocabulario y la cultura, en especial las que sucedieron en el siglo XVI. Así lo comentó Concepción Company Company, integrante de El Colegio Nacional durante la sesión del ciclo Viernes viral, organizado por esta institución.

A través de un recorrido filológico, la doctora Company abordó la relación entre la lengua y las enfermedades epidemiológicas de América en el siglo XVI, pues “la lengua es un sistema adaptativo sociocultural muy complejo, que nos hace seres históricos, con memoria capaz de transmitir la experiencia colectiva e individual, que presenta continuidades y discontinuidades que reflejan su propia adaptación al paso del tiempo y su impacto en el pasado y el presente de las sociedades”.

Para la presentación de la conferencia “Epidemias y enfermedades de antaño: América en el siglo XVI”, la también académica de la lengua revisó el Corpus Diacrónico y Diatópico del Español de América (Cordiam) para llegar a reflexiones como que “las voces generales para denominar epidemias de gran alcance en el siglo XVI son, entre las más comunes: azotes, calamidad, enfermedad, epidemia, peste, pestilencia, plaga y contagio”.

En este libro también se mencionan enfermedades como la gota, la lepra, la rabia, el sarampión, la sarna, la sífilis o la viruela.

Un aspecto curioso es que todas estas palabras sobrevivieron cinco siglos, pues hasta la fecha las usamos, pero no todas corrieron con la misma suerte, pues “apostemas”, “bubas”, “tabardillo”, “cocoliste” o conceptos como “mal de cámaras” quedaron en desuso.

Company señaló que, de todas las enfermedades del siglo XVI, la viruela fue la que más mortalidad registró en el continente americano, por ejemplo, en las Antillas exterminó a casi toda la población de algunas islas; en Mesoamérica y en la región de los Andes la población bajó a menos de la mitad, y quienes sobrevivieron tenían marcas de por vida muy notables en la piel, de ahí la referencia del adjetivo “cacarizo” u “hoyoso”, que en la actualidad se usa en muchas regiones.

Los prejuicios que tenemos como sociedad a través del lenguaje también han sobrevivido al tiempo, pues las crónicas de la Conquista refieren que los africanos, y no los europeos, fueron quienes introdujeron a América la viruela, así como la separación de las enfermedades por regiones geográficas como el “mal francés”, el “mal de Nápoles” o el “virus gálico” para referirse a la sífilis.

En la actualidad también atribuimos el origen de las epidemias a un agente externo, como erróneamente se concibe al Covid-19 como un “virus chino”.

La también catedrática de la UNAM refirió que, así como algunas palabras han pasado la prueba del tiempo, también hay costumbres para terminar con la pandemia: “Hay quienes siguen pensando en soluciones mágicas para hacer frente a las epidemias con amuletos, estampillas y tréboles de cuatro hojas”.

Como conclusión, la doctora Company Company refirió que “hay grandes continuidades culturales entre el siglo XVI y el XXI, la enfermedad y la salud siguen siendo un aspecto central de las preocupaciones humanas, a pesar de que afortunadamente contamos hoy con un bagaje científico muy superior que nos permite enfrentar mejor los retos”.

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