Al principio no se lo creía, pero para Raquel de la Cruz Ángeles fue muy satisfactorio ver que todas las horas de estudio valieron la pena para llevarse la medalla de oro en el área de Geografía durante la Primera Olimpiada Cecehachera. Y ese logro la hizo sentirse “extremadamente bien”.
La estudiante del plantel Naucalpan explica en entrevista que su participación se debió principalmente a la carrera que piensa estudiar: Ingeniería en Minas y Metalurgia, y también por el impulso de uno de sus profesores.
“Quise imponerme el reto de participar. Fue difícil equilibrar las áreas de estudio para el concurso y tener en cuenta mis clases. La primera fase fue bastante fluida y fácil, sobre conocimientos básicos de Geografía; la segunda fue más difícil: análisis topográfico, en donde tuvimos que anexar un mapa de Durango y responder un cuestionario; luego, realizar un análisis de un mapa de España”.
Asimismo, la alumna de sexto semestre reconoce que las clases en línea han sido difíciles: “Me sentía muy cómoda yendo a mis clases con mis compañeros y que de repente te lo quiten fue impactante; me afectó, porque no estaba acostumbrada a aprender con base en videos o archivos electrónicos, era más de ir a la biblioteca o preguntarle al profesor. Pero me he adaptado, busco información en otros sitios, además de las plataformas que nadie estaba acostumbrado a utilizar. Tengo organizado el tiempo para mis materias y estudiar”.
Raquel de la Cruz se siente orgullosa de pertenecer al CCH, por eso lamenta no festejar el 50 aniversario de la institución en su plantel, pero está feliz de pertenecer a una escuela “que tiene profesores y alumnos excepcionales, que le han dado muchas cosas a la UNAM”.
Y al respecto, agrega: “Desde un inicio en el Colegio tenía la idea tomar mis clases y no caer en tentaciones, como dejar de entregar trabajos o irme con mis amigos; pero siempre he sido responsable, siempre he querido esforzarme en mis estudios para ingresar a la carrera que quiero. Me costó trabajo, pero fue revelador no tener al profesor atrás de mí, esa presión constante. Me ha gustado el Modelo Educativo, al principio lo sentí muy extraño, porque estaba acostumbrada a que los profesores me daban todo el material y de pronto en el CCH me costó habituarme a investigar por mi cuenta, pero fue muy bueno para tener un mejor aprendizaje”.
