El déficit calórico es una situación en la cual una persona consume menos calorías de las que su cuerpo necesita para mantener su peso actual. Esto significa que, durante un periodo, la ingesta calórica es inferior al gasto calórico diario total (que incluye el metabolismo basal, la actividad física y otros procesos corporales).
El déficit calórico es fundamental para la pérdida de peso: cuando se crea un déficit calórico, el cuerpo quema más calorías de las que se ingieren, lo que conduce a la pérdida de peso.
El concepto de déficit calórico y su relación con la pérdida de peso tiene una historia que se remonta a varias décadas en la investigación científica y la práctica médica.
A principios del siglo XX, se comenzó a desarrollar la comprensión del balance energético en el cuerpo humano, es decir, la relación entre la ingesta de calorías (a través de los alimentos) y el gasto de calorías (a través del metabolismo y la actividad física).
Esta teoría establece que el aumento de peso ocurre cuando hay un exceso de calorías consumidas en comparación con las quemadas, y la pérdida de peso ocurre cuando se crea un déficit calórico. A lo largo del siglo XX, varios investigadores y científicos exploraron el impacto de la ingesta calórica y el gasto energético en la salud y el peso corporal.
Además, estudios como los realizados por el fisiólogo estadounidense Ancel Benjamin Keys y sus colegas en la década de 1950 contribuyeron a la comprensión de cómo los hábitos alimenticios y el estilo de vida afectan el peso corporal y la salud.
A medida que la obesidad y las enfermedades relacionadas con el estilo de vida se convirtieron en problemas de salud pública, el déficit calórico se estableció como un principio fundamental en la gestión del peso.
Programas de pérdida de peso, asesoramiento dietético y ejercicios físicos se desarrollaron basados en la premisa de crear un déficit calórico para facilitar la pérdida de peso de manera segura y efectiva.
Hoy en día, la investigación continúa respaldando la importancia del déficit calórico controlado y sostenible para la pérdida de peso.
Es importante señalar que el déficit calórico debe ser moderado y saludable para evitar efectos adversos en la salud, y siempre es recomendable hacerlo bajo la supervisión de un profesional de la salud.
El déficit calórico se mide comparando la cantidad de calorías que se consumen a diario con la cantidad de calorías que se utilizan. Para ello, es importante la determinación del gasto calórico total (GCT). Existen diversas fórmulas y calculadoras en línea que pueden ayudar a estimar el GCT.
Una vez que se tiene el GCT estimado, se puede determinar cuántas calorías se necesitan consumir para mantener el peso corporal actual.
Un déficit calórico se crea al consumir menos calorías que el GCT. Por ejemplo, un GCT de 2000 calorías y si se consumen 1500 calorías al día, se está creando un déficit calórico diario de 500 calorías. Es importante llevar un registro de la ingesta calórica diaria mediante el uso de aplicaciones móviles o registros escritos.
El déficit calórico juega un papel crucial en el ejercicio físico y la gestión del peso por varias razones importantes, ya que promueve la pérdida de peso, la quema de grasa, la preservación de masa muscular, mejora la salud cardiovascular y general, y controla el apetito y hábitos alimenticios.
Es importante ajustar la cantidad y tipo de ejercicio físico según las necesidades individuales para mantener un enfoque equilibrado y saludable en la pérdida de peso y con ello el mantenimiento de la salud.
Referencias de consulta:
Déficit calórico ¿qué es? Disponible en: https://labuenanutricion.com/blog/deficit-calorico/
Ribas Bartolomé. Restricción calórica y obesidad. Disponible en: https://core.ac.uk/download/pdf/230313873.pdf