El tejido es una actividad tradicionalmente vinculada a la espera. Muchas mujeres usan hilo y aguja para sobrellevar el paso del tiempo, la demora. Atrapadas entre la impunidad y los laberintos burocráticos, madres que buscan a sus hijas desaparecidas o que exigen justicia para aquellas que han sido víctimas de feminicidio, han soportado las horas, los días y los meses en las salas de espera de las instancias judiciales tejiendo y bordando.
La exposición Hilando memoria, tejiendo justicia, que se puede visitar en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco hasta el 25 de febrero, despliega una muestra de este tipo de bordados hechos por madres que, aunque desesperadas, no se rinden ante el desinterés, la incapacidad o la complicidad de las autoridades.
De hecho, son prendas que hablan de “resistencia, de perseverancia en la lucha”, como dice la titular de la Cátedra Extraordinaria Rosario Castellanos de Arte y Género de CulturaUNAM, Julia Antivilo, quien es la curadora de la muestra. “Ellas dan puntadas de esperanza ante tanta impunidad”.
El proyecto surgió gracias al acompañamiento que lleva a cabo la colectiva Siemprevivas con las madres de las víctimas. Sus integrantes convocaron a jornadas domingueras en las que hilo y aguja reunieron a mujeres que comparten este doloroso relato del México actual.
Así surgieron los bordados en una decena de mantas y piezas en diversos formatos que integran la exposición, la cual incluye también algunos objetos intervenidos que pertenecían a las víctimas, así como fotografías y videos de los encuentros realizados en parques y otros espacios de la ciudad.
Según la agrupación Siemprevivas, la exposición surge para contar una historia terrible de una manera distinta y así “sembrar semillas para que florezca la memoria colectiva en nuestro país”, ante la urgencia por sensibilizar sobre estos temas de derechos humanos, dado que, 12 mujeres son asesinadas al día y muchas más desaparecidas. “Lo que bordan es un grito de aquí estamos y buscamos justicia para todas”.
