Un estrés sostenido, intenso y mal manejado puede derivar en problemas de salud muy serios y difíciles de tratar, desde una gripe hasta un cáncer, no porque los generen, pero sí por ser un “empujoncito” que los detonen o complican, advirtió Juan José Sánchez Sosa, al reivindicar el papel del psicólogo clínico en el cuidado de la salud integral.
Los componentes del comportamiento humano se refieren a reacciones emocionales, fisiológicas; cogniciones, relacionadas con la información, conocimiento, ideas, convicciones y creencias; así como a la actividad instrumental, destacó el psicólogo Sánchez.
Al abordar “El papel del psicólogo clínico y el regreso a las actividades presenciales”, explicó que hay dos formas mediante las cuales las emociones influyen en la salud, cuando se trata de emociones negativas prologadas que interactúan con procesos fisiológicos, ocasionando estados debilitantes, y el otro caso, al afectar la conducta instrumental, interfiriendo con las acciones necesarias para el cuidado de la salud.
Otro aspecto importante, abundó, es la afectación de las cogniciones a la salud, pues si el individuo se comporta conforme a creencias distorsionadas o sesgadas, se generan conductas que interfieren en el cuidado de su estado físico, destacó.
Psicología de la salud
En este contexto, la psicología de la salud es un campo de estudio que atiende a los principios psicológicos aplicados para aumentar la posibilidad de mantenerse sano; diseña, implementa y evalúa intervenciones para recuperar la salud y reducir la incapacidad, con base en la investigación científica y la evidencia clínica.
Por otra parte, es importante destacar que son cinco los pilares de la dimensión de la salud-enfermedad: herencia, nutrición, calidad y acceso a servicios de salud, calidad del ambiente físico y social y comportamiento humano, relacionado con lo emocional, lo cognitivo, con la calidad de vida y el cuidado de la salud.
Se incluyen variables psicológicas susceptibles de medición; las intervenciones psicológicas mejoran factores críticos de la calidad de vida de manera clínica y socialmente importante, y la mejoría ocurre aún en condiciones de escasez de recursos y subdesarrollo.
En ese sentido, destacó la necesidad de que la atención médica general se complemente con la psicológica, colaboración que redunda en la atención integral del paciente y en el apoyo que recibe el personal médico para el tratamiento de casos difíciles, que toman mucho tiempo y saturan los servicios médicos.
Además de que “el personal de psicología establece condiciones propias para la práctica, investigación y evaluación de los servicios y facilita la generación de protocolos de investigación y publicaciones de alta calidad”.
Los estudios expuestos en la charla son parte de la interfaz entre el comportamiento y la salud, resultado de tesis de doctorado, maestría y licenciatura que pueden ser de utilidad para el regreso a las actividades presenciales en la Universidad, concluyó la charla que formó parte del programa Ciencia a Distancia, que organiza la Dirección General de Difusión de la Ciencia de la UNAM.
