Nataly Aldana Díaz cursaba el sexto semestre hace un año, en el plantel Azcapotzalco, y quería estudiar Ciencias de la Comunicación, porque siempre le ha gustado escribir. “Nací con retraso psicomotor y parálisis cerebral infantil, pero a lo largo del tiempo he demostrado que con mi esfuerzo soy capaz de estar aquí”.
Por su tesón, Nataly fue galardonada con la presea Ing. Bernardo Quintana Arrioja 2018 que otorga la UNAM junto con la Fundación I.A.P. Con el objetivo de apoyar a los jóvenes del CCH y de la Preparatoria, el galardón reconoce a los estudiantes por sus logros en las categorías de Excelencia Académica, Servicio, Patriotismo, Liderazgo y Valor.
Natay ganó la presea en la categoría de Valor al formar un expediente con su historia de vida y logros obtenidos. “Me ha costado llegar hasta aquí. Nací a los seis meses y medio, tuve muchos problemas de salud. Los médicos les dijeron a mis papás que no iba a sobrevivir ni 72 horas. ¿Y dónde estoy ahora? Estudiando el bachillerato del CCH, en la Universidad y pese a mis limitaciones, porque muchos me dijeron que no iba a poder superar las adversidades y sí lo he hecho con ayuda de mi familia. Me siento muy orgullosa de todo lo que he podido hacer dentro del Colegio y de mi promedio de 9.3”.
Según lo publicado en Gaceta CCH 1538, del 22 de junio de 2019, Nataly participó en la convocatoria al comprobar sus logros académicos desde el nivel básico hasta el medio superior. Envió documentación sobre cursos y reconocimientos, al lado de sus análisis clínicos y recetas médicas, “porque también padezco de luxación de cadera, estrabismo diploide y posible glaucoma. A pesar de ello creo que esto es sólo un reto más que superar”.
Ella se siente orgullosa de haber estudiado en el CCH, ya que reconoce que es una de las mejores instituciones de América Latina. “El Colegio me ha ofrecido muchas herramientas para mi desarrollo. Me gusta que en él aprendemos por nosotros mismos a ser críticos y autónomos. Es que siempre hay que ser críticos para actuar con nuestro propio razonamiento sin que nadie nos diga qué hacer”.
Los ganadores de la presea reciben una beca mensual por un año, una medalla de plata, un viaje de liderazgo a Veracruz y una computadora, además de acompañamiento sicológico y capacitación de emprendimiento.
“Me gusta que en él aprendemos por nosotros mismos a ser críticos y autónomos.”
