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Impulso a la docencia tras la pandemia

Proponen invertir en recursos didácticos y métodos que enriquezcan y sirvan a largo plazo

Impulso a la docencia tras la pandemia
Proponen invertir en recursos didácticos y métodos que enriquezcan y sirvan a largo plazo

Al dictar la conferencia “Adaptación de la docencia universitaria durante 2020: factores a favor y en contra”, Bardo J. García Martínez, del Departamento de Publicaciones, de la Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información de la UNAM, afirmó que “después de la pandemia, la actividad docente presencial jamás volverá a ser igual que antes, pero saldremos más fuertes, pues podremos seleccionar tecnologías y competencias que complementen la labor en el aula”.

La educación a distancia ya existía antes de la pandemia, señaló, “y es muy diferente a lo que estamos haciendo”, por lo que más que migrar totalmente las asignaturas que se imparten al formato digital, recomendó invertir recursos y tiempo en aquellos materiales, métodos, herramientas y demás que sirvan a largo plazo y enriquezcan el trabajo en el aula.

 

Métodos de enseñanza

Al referirse a los métodos de enseñanza durante el año pasado, señaló tres factores relevantes: el tipo de conexión a internet, los dispositivos con los que se cuenta y las competencias tecnológicas.

De esta manera, bajo la modalidad en línea recomendó usar un sistema múltiple: Basado en problemas, que promueve la investigación, interpreta, argumenta y propone solución a uno o varios problemas e incentiva la participación; Basado en el pensamiento, que desarrolla las destrezas del pensamiento a través de estrategias y recursos, impulsa el pensamiento crítico, activa; Basado en proyectos, que involucra al alumno en una situación o problemática real que requiere solución o comprobación, impulsa hábitos específicos de aprendizaje y pensamiento crítico; Basado en gamificación, aplicación de mecánicas de juego al ámbito educativo, estimula la participación, la socialización y el razonamiento.

También describió el Aula invertida, que redirige la atención a los estudiantes y a su aprendizaje, fomenta el razonamiento, la exposición, la evaluación y la selección de recursos didácticos, aunque su instrumentación es difícil, ya que implica darle toda la responsabilidad al alumno. Otro fue el Pensamiento de diseño, que busca la resolución de problemas a partir de soluciones sencillas, promueve preguntas y respuestas, pensamiento crítico, participación e interacción; éste es enriquecedor, pero es mucho el trabajo detrás para el alumno y el profesor.

Por otro lado, está el Aprendizaje cooperativo, que aprovecha la diversidad de ideas, habilidades y destrezas, se enfoca en objetivos conjuntos, promueve la participación, socialización, pensamiento crítico. Es recomendable, pero depende de las TIC que manejen los alumnos. Por último, la Clase magistral, que es la presentación de un tema, incentiva el razonamiento, el pensamiento crítico y preguntas; éste, dijo, hay que valorarlo, ya que depende de la materia que se imparte.

 

Labor en un contexto complicado

Al referirse a las competencias tecnológicas necesarias en esta modalidad, el especialista destacó cuatro: las instrumentales, que tienen que ver con la comunicación, el uso de tecnología estándar y el tratamiento de información; las cognitivas, que involucran los criterios de uso tecnológico, la reflexión de medios de enseñanza-aprendizaje, e información, es decir, el análisis, interpretación, uso y comunicación.

También están las profesionales, que se refieren a la preparación de clases, seguimiento y evaluación del alumnado, gestión académica y formación permanente; y las didácticas, que incluyen la evaluación y selección de recursos didácticos, desarrollo de objetos de aprendizajes acordes al entorno, integración orgánica de las TIC al entorno y el uso para facilitar la comunicación. 

 

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