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Fortalece tu salud física y emocional

Tener un buen descanso, alimentación y desarrollar ejercicio procura tu salud

Fortalece tu salud física y emocional
Tener un buen descanso, alimentación y desarrollar ejercicio procura tu salud

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2004) un estado de completo bienestar físico, mental y social va más allá de la ausencia de afecciones o enfermedades.

Por este motivo, el cuidado de la salud no debe reducirse a aspectos físicos, pues involucra una visión más integral de bienestar.

A partir de esta visión más completa e integral se plantea que la salud integral requiere de una cuota de responsabilidad para todas las partes.

El concepto de autocuidado son todas aquellas prácticas cotidianas y decisiones que desarrolla una persona, grupo o familia para cuidar su salud y tener una mejor calidad de vida (Correa, 2016).

El autocuidado es un proceso continuo que requiere práctica y compromiso. Incorporar estas bases en la rutina diaria puede contribuir a una vida más equilibrada y satisfactoria.

El autocuidado es esencial para mantener el bienestar físico, emocional y mental. Es una práctica que nos ayuda a estar en equilibrio y a cuidar de nuestra salud integral.

Algunas bases fundamentales del autocuidado son el cuidado físico, lo que conlleva a una alimentación, es decir, optar por alimentos nutritivos y equilibrados que proporcionen energía y mejoren el funcionamiento del organismo.

También, el realizar actividad física ayuda a mantener el cuerpo en forma, ya que reduce el estrés y mejora el ánimo, así como dormir las horas necesarias permite que el cuerpo se recupere y el cerebro procese la información.

Por otra parte, también se deben realizar revisiones médicas periódicas para detectar y prevenir problemas de salud.

Otra base fundamental es la salud mental y emocional. Para ello, es importante gestionar el estrés, encontrar formas de relajarse y reducirlo, como la meditación, la respiración profunda o el yoga.

Resulta importante hablar sobre los sentimientos, ya sea con amigos, familiares o a través de la escritura, también practicar la autocompasión, aceptarse a uno mismo y trabajar en el autoconcepto.

Asimismo, es fundamental establecer límites saludables. Saber decir “no” y reconocer nuestras limitaciones para evitar el agotamiento.

La tercera base del autocuidado son las relaciones y apoyo social, el tener conexiones saludables y mantener relaciones positivas, para evitar aquellas que sean tóxicas o desgastantes.

Asimismo, pedir ayuda cuando se necesite, buscar personas que ofrezcan apoyo emocional y comprensión y dedicar tiempo a las relaciones importantes en nuestra vida.

La cuarta base es el crecimiento personal y espiritual: estimular la mente, aprender cosas nuevas y desarrollar habilidades; practicar la espiritualidad o meditar para sentir paz interior y reflexionar sobre los propios valores, metas y deseos para tomar decisiones alineadas con uno mismo.

Por último, es importante tener tiempo para uno mismo y recreación. Para un buen autocuidado se requiere dedicar tiempo a actividades que resulten placenteras o inspiradoras; hacer pausas y relajarse es necesario para evitar el agotamiento y limitar el uso de dispositivos para evitar la sobrecarga de información y el estrés digital.

Estas actividades de autocuidado pueden ayudar a encontrar el equilibrio y a mejorar el bienestar general. Se puede comenzar con unas pocas y adaptarlas según los gustos y necesidades.

El autocuidado es esencial para vivir de manera equilibrada y prevenir el agotamiento, la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud. Fomentar el autocuidado también mejora la capacidad de afrontar el estrés y permite enfrentar desafíos de manera más efectiva. 

Referencias de consulta:

UNICEF. (s/f). Manual del autocuidado. Importancia y beneficios del autocuidado. Disponible en: https://www.unicef.org/elsalvador/media/5036/file/Manual%20de%20Autocuidado.pdf

Correa, O. T. (2016). El autocuidado. Una habilidad para vivir.

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