En el plantel Oriente se organizó el curso Introducción a la Astronomía, con el objetivo de que esta disciplina pueda ser una herramienta más para el profesorado, donde se incorporen conocimientos, habilidades intelectuales, aparejadas con las actitudes y valores que favorezcan una explicación lógica, racional y mejor fundada de la naturaleza.
En voz de la maestra Eva Mayra Rojas Ruiz, una de las coordinadoras de dicho curso, destacó que la observación de la bóveda celeste siempre ha tenido un lugar preponderante en la humanidad, desde las más antiguas civilizaciones occidentales y americanas, donde, de acuerdo con las evidencias históricas disponibles, se cuenta con un periodo de la revolución científica que para la física se da con dos cambios de paradigmas: Copérnico con su sistema heliocéntrico, y la culminación de las leyes de Newton, de donde sobresale la mecánica celeste.
La maestra, también responsable de los Laboratorios Avanzados de Ciencias Experimentales (LACE) del Sistema de Laboratorios para la Enseñanza y la Innovación (Siladin), además coordinadora del Club de Astronomía local, resaltó que la observación de la bóveda celeste siempre ha tenido un lugar preponderante en la humanidad.
Por ello, comentó que, considerando la gran popularidad y curiosidad que produce la astronomía entre el profesorado, se pueden establecer debates donde se reconozcan las nociones e información que tienen cada uno de los participantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre su visión global del estudio del universo y la relación que existe entre la ciencia, la sociedad, la tecnología y el ambiente.
Así, dijo, la astronomía puede verse como una herramienta para contribuir en la ampliación de una cultura general, entender y aplicar, de algún modo, el desarrollo del método científico y, en consecuencia, el progreso de las ciencias experimentales que ayudaron a la humanidad a tener un mejor conocimiento del mundo.
En este curso se habló de la historia de la astronomía, dado que es una de las más interesantes e importantes en la trayectoria de la evolución de la ciencia. Está demostrado, mencionó la maestra, que ayudó a la humanidad en la medición del tiempo, la orientación de los viajeros, hasta la descripción y conocimiento del Sistema Solar, las estrellas, la galaxia y el universo en su conjunto.
Entre otros, citó como ejemplo, la invención del telescopio, que aumentó nuestra capacidad de ver y pensar, ayudando a expandir nuestro conocimiento más allá de los límites terrestres y de nuestras formas de razonar. En 1611, gracias a las observaciones de Galileo, surgieron problemas teológicos de nuestro Sistema Solar, rompiendo las ideas del geocentrismo.
La observación de la bóveda celeste siempre ha profundizado en la conciencia humana, de tal forma que, por esta simple acción, nacieron los mitos más bellos que ahora se conocen sobre el origen del universo, resaltó la profesora.
