La bióloga Siobhan Guerrero McManus exhortó a la comunidad cecehachera en el plantel Vallejo a trabajar para derrumbar las identidades disciplinarias, que de manera habitual liga carreras como las Matemáticas o la Ingeniería a los hombres, y porque en las universidades se comprenda que la ciencia “es un conocimiento universal y verdadero, cuya objetividad debe ser construida por todas y todos”.
Al participar en la conferencia “Las ciencias y sus sujetos-irrupciones transfeministas”, que tuvo transmisión simultánea con la comunidad de Oriente y Azcapotzalco, la doctora en Filosofía de la Ciencia por la Facultad de Filosofía y Letras (FFYyL) recordó que la ciencia está hecha por humanos y el conocimiento construido por personas necesita de “una objetividad, requiere democratización”.
Una democratización que implica ser incluyentes; se necesita que en las instituciones donde se hace ciencia se incluya a los migrantes, afrodescendientes, indígenas y a todo tipo de personas, necesitamos que exista representatividad de toda la diversidad humana, sólo así serán realmente incluyentes las instituciones educativas, puntualizó.
En la medida en que participen más las mujeres y todo tipo de personas sin temor a la crítica, señalización, prejuicios y demás, se enriquecerá la ciencia y la cultura en general.
La ciencia, dijo, es un constructo humano que tiene su historia y compromisos, esto no condena a la ciencia a ser superchería, su funcionamiento es mejor entre más puntos de vista existan y la falta de representatividad afecta los contenidos mismos de la ciencia, puntualizó la doctora Guerrero.
En la charla, ofrecida en el marco conmemorativo del 11F, Día internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la doctora recordó que en el siglo XIX se decía que la mujer es más pueril que el hombre, que está dominada por los afectos y le impiden ejercer la razón; que no debían estudiar ciencia, porque el costo de la sangre obstaculiza que no sean buenas madres; también se ha dicho que la homosexualidad y lesbianismo son enfermedades.
Fue hasta mitad del siglo XX que los estudios de género cuestionaron cómo se representan los hombres y las mujeres en la ciencia y que hubiera disciplinas masculinas y femeninas, dijo, como un ejemplo de los prejuicios que aún tenemos.
