Prácticas afectivas

Prácticas afectivas cambiaron por la pandemia

Prevalecen miedo al contagio y emociones como la desesperanza

Prácticas afectivas cambiaron por la pandemia
Prevalecen miedo al contagio y emociones como la desesperanza

Aunque para muchos el 14 de febrero es el día del amor y algunos países celebran la amistad, la conmemoración tiene un origen muy diferente, incluso de los fines comerciales con que ha llegado a nuestros días, pues data del año 496, cuando al papa Gelasio I quiso dar un giro a las fiestas paganas romanas, conocidas como lupercales, que solían derivar en orgías y excesos.

Para ello, instituyó la conmemoración del santo Valentín, en honor a un sacerdote que fue ejecutado en esa fecha en el año 270, por oficiar matrimonios a escondidas pese a la prohibición del emperador Claudio II, quien prefería a los jóvenes solteros y sin familia por ser mejores soldados.

Su carácter mercantil lo fijan los historiadores en 1840, cuando la norteamericana Esther A. Howland inició la venta de tarjetas de regalo con motivos románticos y dibujos de enamorados que fueron un éxito, a partir de ahí se desató una guerra de productos para “demostrar el amor” de las más variadas formas, desde flores y peluches hasta cenas y noches románticas.

Hay registros de que la celebración fue eliminada del calendario católico en 1969 durante el papado de Pablo VI, bajo el argumento de que mezclaba demasiado el mito con la leyenda, pero ya no había nada que hacer para desaparecerla.

De acuerdo con la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio Servicios y Turismo (Concanaco), en México, después del Día de las Madres, el 14 de febrero es el de mayores ventas para el comercio.

Según datos previos a la pandemia, los giros más demandados en esa época y que mayor derrama económica dejaron fueron: el hospedaje los sitios de esparcimiento, como cines, teatros y parques de diversiones; restaurantes, cafeterías, así como ventas de bebidas, licores, celulares, tarjetas electrónicas, flores, dulces,  chocolates, ropa, calzado, perfumería y joyería.

 

Lo que la pandemia se llevó

Tal como ocurrió con la mayoría de las celebraciones del 2020, en el 2021 el 14 de febrero fue totalmente distinto, luego de haber vivido en enero el segundo pico más alto de contagios en el país, en febrero el confinamiento y las medidas decretadas para contener la pandemia hicieron que el comercio disminuyera considerablemente.

La Concanaco, por ejemplo, estimó que las ventas cayeron 49.1 por ciento, al pasar de poco más de 4 mil 988 millones de pesos a 2 mil 540 millones de pesos, de 2020 a 2021. Y es que frente a las reiteradas recomendaciones de la sana distancia, las calles lucieron sin las típicas aglomeraciones en restaurantes, cines, parques o discotecas, y así como el virus modificó la vida y el comercio, también cambió la vida afectiva y amorosa de los jóvenes.

Para los especialistas, primero fue el miedo al contagio y después diversos sentimientos de ansiedad, angustia y depresión que provocaron una disminución de las relaciones sexuales e incremento de dinámicas violentas. Por ello, durante los periodos de confinamiento estricto y los posteriores de socialización reducida, muchos se tuvieron que conformar con llamar por teléfono, mandar mensajes y hacer videollamadas, sin que ello los satisfaciese por completo.

 

El amor durante el confinamiento

Para Rolando Díaz Loving, académico de la Facultad de Psicología, vivir en confinamiento ha sido un gran desafío para todos, ya que algo fundamental en la vida es poder interactuar con otros seres humanos, especialmente para los mexicanos, pues según sus investigaciones “lo más importante es el estilo de la comunicación; es decir, cómo se dicen las cosas dejando de lado los gustos, deseos, necesidades o intereses de cada quien”.

Aunque hoy casi toda la vida se puede mover mediante redes sociodigitales, señaló, siempre será bueno sentarse y conversar para conocer más a la otra persona. En ese sentido, dijo, la pandemia puede servir para reencontrarse a sí mismo, con la pareja, incluso con la familia, mediante el buen humor y la comunicación.

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