En un pequeño pueblo chileno habitan varios personajes anónimos, cuyos proyectos de vida no alcanzan a traspasar los límites de su terruño, donde Mario, un joven pobre, idealista e inconforme, lucha por no seguir la profesión paterna de pescador y buscar algo distinto en Isla Negra, terminando como cartero de un único destinatario, un esquivo personaje llamado Pablo Neruda.
Entusiasmado por conocer al célebre poeta, Mario compra con su primer salario, pagado con mes y medio de retraso, las Odas elementales, de Neruda, con la esperanza de obtener un autógrafo, útil para impresionar a las bellas mujeres que algún día planea conocer. Sin embargo, al leer los poemas, su espíritu experimenta una transformación y empieza a tener sueños y aspiraciones incomprensibles para quienes lo rodean.
Decidido a cumplir su meta de ser un bardo como su ídolo, busca ganarse la confianza de su ilustre vecino, y a partir de entonces establece una entrañable amistad con el poeta, en la novela El cartero de Neruda, cuyo título original es Ardiente paciencia, una oda a la poesía y su destreza para avivar la sensibilidad, la emoción y el deseo de maravillarnos con lo que nos rodea.
La obra conjuga hechos ficticios y reales, como la situación política de Chile, el premio Nobel a Neruda y la alegría del pueblo chileno, la campaña presidencial en la que se embarca el poeta y su posterior unión a la candidatura del que sería el primer presidente socialista electo democráticamente en América Latina, Salvador Allende, para culminar con el brutal golpe de Estado de Pinochet, que canceló la esperanza de un cambio.
La virtud del texto de Antonio Skármeta es que transmite el efecto liberador del arte, de su capacidad de generar nuevas expectativas y de abrir ventanas emocionales para saborear la riqueza de la vida y que logra que el lector conozca del poder de la poesía para transformar existencias y la trascendencia del arte, a partir de una conmovedora aventura de la lírica, de amistad y amor, que se convierte en un canto a la libertad.
Dentro de la obra, un paisaje emotivo es cuando cuando Neruda le pide a Mario que en una pequeña grabadora plasme el murmullo del mar y las olas, y los sonidos del pueblo, para mitigar su nostalgia.
