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El docente debe capacitarse y no tener miedo

Es importante elaborar diagnósticos sobre sus efectos en el aprendizaje y generar propuestas

El docente debe capacitarse y no tener miedo
Es importante elaborar diagnósticos sobre sus efectos en el aprendizaje y generar propuestas

Es importante tomar una postura abierta y crítica sobre las tecnologías en la educación, ver cuáles funcionan y cuáles no; hacer diagnósticos sobre el efecto que tiene su uso en diferentes procesos que incluye el aprendizaje, ya que es vital para generar propuestas, expresó Guadalupe Elizabeth Morales Martínez, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, al dirigirse a los profesores del Colegio de Ciencias y Humanidades en la tercera sesión de la Jornada Académica La Transversalidad en los Programas de Estudio del CCH. 

Al dictar la conferencia “Conocimiento y aplicación de las tecnologías de la información y de la comunicación en los procesos de enseñanza aprendizaje”, la especialista resaltó que los docentes se tienen que capacitar y no tener miedo; “es algo que no se puede detener, y hay que estar preparados; pero también hay que ver las implicaciones en su uso, y ser conscientes del impacto en la forma como ahora se conjuntará la información. Cada vez que hay un cambio tecnológico, el cerebro del ser humano también tiene un cambio en la forma cómo significa, procesa, en qué pone atención y qué valora”.

En este sentido, la ponente destacó que hablar de tecnología en educación es ver cómo ha evolucionado y se ha transformado la forma de procesar la información, dependiendo de la tecnología a la que se ha tenido acceso. 

Actualmente, explicó, se han clasificado en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC); Tecnologías del Aprendizaje y Conocimiento (TAC); Tecnologías para el Empoderamiento y la Participación (TEP); y Tecnologías de la Relación, la Información y la Comunicación (TRIC).

Las TIC, dijo, son todos aquellos dispositivos tecnológicos que permiten transmitir o recibir información; las TAC son recursos digitales que permiten impactar en el aprendizaje de los estudiantes; las TEP son aquellos donde se pueden expresar opiniones y adquirir información; las TRIC nos permiten relacionarnos. Reconoció que es abrumador para el docente la cantidad enorme de recursos que existen y que deben ser conocidos por ellos. “Son habilidades del currículo oculto que debemos ir aprendiendo sobre la marcha, pero que no es sencillo”.

Señaló que para utilizar las tecnologías en la educación es necesario tomar en cuenta que en el salón de clases hay un ambiente didáctico, de interacción, donde hay personas con sentimientos, actitudes, anhelos, y también con habilidades tanto disciplinares como tecnológicos.

Además, explicó, se debe conocer la naturaleza del conocimiento a diseñar, el tipo poblacional al cual se va a dirigir, el nivel al que se quiere llegar, y saber seleccionar los objetivos que se quieren lograr con la actividad; es decir, saber combinar el contenido a enseñar, la pedagogía (estrategias de enseñanza) y la tecnología.

Al combinar las tres anteriores se tienen cuatro áreas: el Conocimiento Pedagógico Disciplinar, el Conocimiento Pedagógico Tecnológico, el Conocimiento Tecnológico Disciplinar y el Conocimiento Pedagógico Tecnológico Disciplinar, de este último se considera lo que se va a enseñar, cómo se va a enseñar y con qué se va a enseñar.

 

PENSAMIENTO CRÍTICO, VITAL PARA LA CREACIÓN DE CIUDADANOS

Por otro lado, el acompañamiento al estudiante y la discusión perpetua, que forma parte del aprender a hacer del CCH fueron elementos importantes para la creación de ciudadanos, porque hace un pensamiento crítico constante de los jóvenes, consideró Jesús García Reyes, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, al dictar la conferencia “Laboratorios Ciudadanos para la participación en estudiantes de Educación Media Superior”.

Durante su disertación en la Jornada Académica La Transversalidad en los Programas de Estudio del CCH, el especialista reconoció que, el tema de formación para la ciudadanía, para el CCH no es nuevo.

Señaló que “es incentivarlo más, trabajarlo en conjunto, de manera que (a los jóvenes) se les permita alzar su voz en el sentido de que hay cuestiones en las que tienen que ser escuchados y otras en las que tienen que ser orientados, pues no todo es negativo, y no todo es positivo”.

Al referirse a la importancia de la participación de los jóvenes, señaló que “es un componente sustancial en el desarrollo y plenitud de los individuos, porque tiene como principio la interacción simbólico-reflexiva y constituye una fundamentación comunitaria y comunicativa consensual para la organización social”.  Y está en todos los espacios, no sólo se ve en un momento, como las elecciones; sino que está en todos los momentos de la vida cotidiana, con la escuela, con la comunidad, precisó.

Detalló que a nivel mundial y nacional la participación de los jóvenes es casi nula en cuestiones políticas, de instituciones y tiene que ver con una problemática que está inmersa en las mismas instituciones políticas: no han visto ni quieren mirar los temas juveniles, pero sí les interesan que los adultos y jóvenes participen, es una paradoja.

A lo anterior, continuó, hay que añadir que no hay confianza con los representantes de la sociedad: senadores, Poderes del Estado, ya que existen grandes niveles de corrupción, de violencia, falta de libertad de expresión, etcétera.

Destacó que se impulsó por mucho tiempo una ciudadanía pasiva que solamente reconocía algunos elementos como los días festivos, efemérides, pero sin adhesión. Con las reformas que han existido últimamente, la ciudadanía tiene que ser más activa, participativa, y tener autoconocimiento por sí misma, como ciudadanos y grupos sociales para incentivar la participación y la convivencia entre todos.

De hecho, los planes y programas de estudio cambian esa visión y fomentan una educación para la ciudadanía que involucra también a la práctica docente. La educación ideal para la ciudadanía reconoce la autonomía de los individuos, hay una comprensión de la diferencia y se da el diálogo como resolución de problemas, finalizó.

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