Profesores de primero y tercer semestre participaron del 17 al 20 de octubre en la Jornada de Balance Académico 2023-1, en la cual pudieron intercambiar información sobre las problemáticas de los alumnos en su regreso a la modalidad presencial, las estrategias para abatir el rezago y dinámicas que inciden de manera positiva en el desempeño de los jóvenes.
Como parte de esta jornada, organizada por la Secretaría local de Servicios de Apoyo al Aprendizaje, y el Programa Institucional de Tutoría (PIT), que coordina Claudia Ivett González Vargas, los docentes cumplieron con dos etapas, la primera de llenar datos y la segunda con charlas informativas con especialistas de Psicopedagogía, así como reuniones con profesores de grupo y tutores.
Para el caso de los profesores que imparten clases a grupos de quinto semestre, se les invitó también a las charlas, la primera de ellas titulada “El factor afectivo en la docencia”, de Nayeli Hernández Zamudio, profesora de Psicología en el plantel, quien abordó la diferencia entre las emociones, los sentimientos y los afectos, muchas veces utilizados como sinónimos.
Hizo énfasis en que, en toda interacción humana se experimentan emociones y se generan sentimientos, sin ser el espacio escolar la excepción. En ese sentido, expuso que “la buena relación docente-alumno favorece el aprendizaje y se puede traducir en el logro académico”.
Sin embargo, en ocasiones no se les da la suficiente relevancia a los factores afectivos involucrados en la práctica educativa en las aulas, especialmente en el nivel medio superior, pese a que el elemento afectivo es indispensable para el aprendizaje.
“Mantener una buena relación, caracterizada por la cercanía, da la oportunidad a los alumnos de expresar sin temor ideas, preguntas y argumentos sobre el contenido, lo que propicia un clima socioemocional seguro”. Las dimensiones afectivas de la docencia, explicó, están divididas en: oportunidad para responder, retroalimentación y consideraciones hacia las personas.
Por separado, también se habló sobre “Habilidades socioemocionales post-pandemia”, en una charla en la que profesores de Psicología de la FES Iztacala hicieron un recuento de cómo las emociones fueron cambiando durante la pandemia y el periodo de confinamiento y reflexionaron sobre la importancia de expresar las emociones y cómo éstas se viven de manera diferente.
El estrés, la ansiedad y la depresión aumentaron durante el aislamiento y el no saber gestionar las emociones, de ahí la importancia de reconocernos como personas que podemos hacer cambios en la sociedad y reconocer la existencia del otro, en un contexto diferente al mío, para poder ser empáticos y crear apertura a las emociones.
