área de Humanidades 1

El alumno debe conectar con su interioridad

Es necesaria la unión de ciencias y humanidades

El alumno debe conectar con su interioridad
Es necesaria la unión de ciencias y humanidades

En el área de Humanidades se construye un saber con contenido amoroso, íntimo; la filosofía humanista utiliza la didáctica de la interioridad, que significa abrir un espacio de afecto en el aula, de escucha silenciosa del otro, para que el estudiante pueda expresarse, para que el otro diga lo que siente, le preocupa o le duele; sus retos y desafíos, sus alegrías y pasiones; que relate las relaciones con su familia y en los casos en que, desafiando la autoridad de sus padres, ha expresado su libertad.

En esos relatos, compartidos con el profesor y los compañeros de la clase, se abre el diálogo amigable, no el debate ni la discusión, para analizar el tema de la libertad del filósofo más libertario que fue Sartre, y se dialogue del tema de la libertad de Kierkegaard, haciendo énfasis en si es verdad que su tesis de la decisión individual es algo posible en la vida singular.

Esa es la importancia de la enseñanza en Humanidades, analizar el tema de la libertad individual a través del diálogo amigable con cada alumno, para que, en su propia experiencia, descubra si la tesis de la filosofía existencialista es certera. Los maestros de Literatura, Antropología o Psicología podrían ver las relaciones interdisciplinarias que pueden establecerse con el tema de la libertad, haciendo énfasis en la autonomía del sujeto.

Este tipo de temas en la educación humanista puede llevar a colorear las emociones, como dice el neurocientífico Francisco Mora Teruel: crear dimensiones emotivas en los estudiantes, favoreciendo la capacidad plástica del cerebro, que es la que nos ha hecho ser lo que somos.

Sin embargo, sería necesario que educáramos para que los jóvenes pudieran platicar de vivencias y de emociones que impliquen la libertad, la amistad, decir la verdad, cumplir con honestidad un compromiso, ser fiel a los amigos y a la pareja, a fin de propiciar la reflexión ética, guiados por el docente.

Francisco Mora Teruel señala que cuando se va a clase, hay que “sintonizar a los alumnos con lo que se les va a enseñar” y también, la urgencia de que el docente llegue a la clase con un ánimo encendido, una actitud afectiva y les imparta su amor por el conocimiento, que el docente se pregunte ¿por qué amo este saber?

Se piensa que el conocimiento tiene que ser sólo riguroso y exacto y que los métodos y las estrategias han de ser estrictas, serias, carentes de vitalidad, porque si se imparte un conocimiento usando la alegría, el juego, la emoción, la enseñanza se vuelve un juego sin sentido y sin rigor.

A estas alturas del siglo, se requiere cambiar la mentalidad de la enseñanza y darse cuenta de que es necesaria una pluralidad de actitudes que conecten al alumno con su interioridad, y probablemente esto se aplica sólo en las humanidades. Pero también pienso que se puede extraer de las ciencias exactas y experimentales, entonces es necesario unir ciencias y humanidades, al menos ese era el principio del CCH cuando fue creado, de ahí su nombre Colegio de Ciencias y Humanidades.

Lamentablemente, se da mucho peso a las ciencias exactas y no necesariamente se vinculan con las humanidades, y éstas quedan un poco relegadas, como si pensar en las actividades humanas fuera irrelevante.

Los valores humanos, los símbolos a los que le pueden otorgar valor, son de gran relevancia, si se quiere que la educación contribuya al bien humano, a vivir mejor, y esa armonía entre ciencias y humanidades es necesario construirla desde la escuela.

La calidad de la enseñanza tiene que ver con los sentimientos y no tanto con técnicas y dispositivos digitales, si bien es cierto que son necesarios, el objetivo es el contenido, lo que transmites con el uso de las tecnologías. Entonces, la educación de calidad ha de tomar en cuenta la sensibilidad de un docente, el interés por tocar emotivamente a su alumno, y eso se logra si se vinculan los sentimientos con los contenidos del programa.

Es posible que, para involucrar las emociones, se puedan usar las artes en todas las materias, lo cual implica mucha imaginación; quizá un paso de una danza se pueda conectar con determinada fórmula o la pintura de un artista ligar con un tema de física, igual que los ritmos de la música.

También, sería oportuno vincular recetas de cocina con la química, y el producto de una buena alimentación que es aromática, nutritiva, sana, se vincule con la anatomía del cuerpo humano y las funciones del cerebro, entre muchas otras opciones. 

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