Una nueva generación de padres de familia se sumó al curso-taller “Caminando juntos por el CCH”, actividad coordinada desde hace varios años por el Departamento de Psicopedagogía del plantel Azcapotzalco, y que en esta ocasión los alertó sobre la necesidad de estar atentos a las emociones de los escolares, afectados, entre otras cosas, por el confinamiento.
Ante poco más de 200 padres de chicos de primer ingreso, el secretario General del plantel, J. Concepción Barrera de Jesús, ofreció la charla “El duelo en la adolescencia”, cuya finalidad fue reconocer la situación emocional que atraviesan los jóvenes ante una pérdida para poder comprenderlos y orientarlos en dicho proceso.
En la primera de las 10 sesiones que prevé el curso, Barrera les recomendó a los padres hablarles del duelo, pues permite abrir canales de comunicación para expresar emociones y sentimientos, y brindarles una orientación para que canalicen de manera sana sus emociones. “Tenemos la percepción de que un adolescente tiene fortaleza y resistencia para poder enfrentar las pérdidas y reponerse rápidamente, lo cual resulta no tan cierto”.
Recordó que en el entorno actual, los adolescentes se han enfrentado a situaciones que implicaron varios duelos, por lo que hay que poner atención a su estado emocional.
En su opinión, una escucha honesta es la mejor medicina que podemos ofrecer al que pasa un dolor, debemos reconocer que, en el contexto urbano que estamos viviendo, hemos perdido esa capacidad de escuchar al otro, puede suceder incluso en la familia, de ahí que sea importante hacer una pausa y prestar atención a quienes están a nuestro alrededor, dar ese acompañamiento que requieren los adolescentes para sentirse escuchados.
Cuando se habla de duelo, se piensa sólo en la pérdida o ausencia de un ser querido; sin embargo, también tiene que ver con la pérdida de ciertas cosas, de situaciones de las que se gozaba antes y que ahora no se tienen, duelo pueden ser todos aquellos procesos psicológicos conscientes e inconscientes que la pérdida provoca en la persona.
En ese sentido, puntualizó, la adolescencia “es un duelo de la infancia; empieza a tener roles diferentes en el contexto familiar y social, renuncia a la dependencia y se enfrenta a la aceptación de responsabilidades”.
Por eso, es fundamental percatarse de cómo esas pérdidas impactan en las y los chicos y cómo salen adelante, es decir, qué capacidad tienen de ser resilientes para enfrentar ese duelo. Por ello, enfatizó, “me parece muy importante abordar este tema con los jóvenes y ofrecer ese acompañamiento y redes de apoyo que les permitan ser resilientes ante las adversidades”.
