En los últimos años se ha posicionado un discurso violento que ha provocado el distanciamiento social y la discriminación, sobre todo por razones de género, por lo que es necesario fomentar el diálogo comunitario, afirmó el maestro en Filosofía Luis Fernando Vélez Rivera, quien se pronunció por cuestionar aquellos enfoques que se mantienen como formas hegemónicas de dominación.
En su ponencia “Solidaridad política y comunicabilidad epistémica en la crítica del sexo-género. Apuntes para un feminismo trans incluyente”, Vélez se pronunció por impulsar una teoría feminista que se enfoque en reconocer las subjetividades e historias de vida distintas a las propias, que considere sentimientos, deseos y afectos de personas discriminadas por cuestión de sexo-género.
Nuestras formas de pensar saberes y teorías, sostuvo, son parciales, críticas y cambiantes. Nadie tiene la verdad absoluta, entonces, se requiere apostar por conexiones y aperturas, por escuchar a todas las personas aceptando que nuestro pensamiento no está completo, por lo que debemos ser más receptivos para construir un diálogo de reconocimiento.
“Hay que cimentar la solidaridad política, crear alianzas con aquellas personas a pesar de las diferencias; analizar cómo les afecta la violencia de sexo-género para que la transformación social frente a la violencia colectiva sea más potente, y se construya un espacio en común donde no todos seamos iguales, pero donde ya nadie viva sus violencias específicas”, consideró en el acto organizado en el Mes del Orgullo Puma.
Sobre el tema del sexo-género, el ponente expuso que hay varios tipos de violencia hacia las mujeres y el grupo LGBTIQ+. Un caso paradigmático son las mujeres trans, pues se cuestiona su validez como personas y viven más riesgo por considerarlas parte de la subalteridad; nuestra responsabilidad, dijo, es construir otras formas de pensar y convivir que no violenten a nadie.
Sería útil pensar en función de teorías críticas que “nos brinden herramientas para cuestionar nuestra visión del mundo y la perspectiva moral de la realidad”, consideró el filósofo.
