Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, y Carlos Slim Helú, presidente de la Fundación Carlos Slim, inauguraron la semana pasada el Pabellón Nacional de la Biodiversidad, un nuevo espacio universitario a cargo del Instituto de Biología (IB), que con museografía interactiva y lúdica invita a hacer un interesante recorrido por la riqueza natural del país.
“La UNAM recibe este Pabellón con entusiasmo y está muy agradecida con la familia Slim Domit y la Fundación Carlos Slim”, dijo el Rector, quien reconoció el compromiso e interés de Carlos Slim Helú por el conocimiento científico y su divulgación, pero sobre todo con el presente y futuro ambiental del planeta y de México.
Inaugurar este espacio, abundó, “es reconocer la importancia del trabajo científico y del cómo podemos ponerlo a disposición de la sociedad. Es, en estas semanas de retorno seguro y gradual, una oferta educativa adicional… un aliento a la esperanza: a la esperanza y fe en la ciencia, en la verdad, en la justicia y en la educación”.
Luego de destacar su cariño por la Universidad, que le dio más que una formación, una forma de vida y de pensamiento abierto a la libertad, la pluralidad y la diversidad, Carlos Slim aseguró que el Pabellón, más que un proyecto arquitectónico, busca impulsar el gusto y el interés por el conocimiento, la ciencia y la tecnología entre los universitarios, sus familias y los visitantes que tenga a lo largo de muchos años.
Recinto de vanguardia
Ubicado en el Centro Cultural Universitario, en Ciudad Universitaria, el recinto cuenta con tres niveles en 12 mil metros cuadrados, una tercera parte de los cuales está destinada al área de difusión. Su elemento principal son las escaleras asimétricas que conectan los pisos de manera interactiva y dinámica.
La directora del IB, Susana Magallón Puebla, destacó que el edificio, único en la Universidad, conjunta activamente las funciones de museo y de investigación, al presentar espléndidas exhibiciones con dos laboratorios, uno de Secuenciación Genómica y otro de Biología Molecular, que es parte del Laboratorio Nacional de Biodiversidad, donde los investigadores hacen estudios para obtener ADN de los organismos y compararlo, a fin de conocer sus procesos evolutivos.
También cuenta con una biblioteca digital con 241 equipos y gadgets educativos, 81 computadoras, 150 tabletas, una impresora 3D, un microscopio electrónico digital, dos drones e igual número de robots, además de una conectividad de ancho de banda de alta velocidad (20 GB), para acceder a contenidos relacionados con el medio ambiente; además de cursos en línea que ofrecen la Universidad y otras instituciones educativas de otros países.
Esto lo convierte en un espacio en el que la tecnología se empleará para promover conocimientos y actitudes que impulsen el cuidado y la conservación de la biodiversidad.
