El amor es un tema muy extenso y es importante cuestionarlo, pues hay muchas formas de relacionarse, éstas pueden ser informadas, libres y responsables, consideró Yoshimi Lahud, promotora en salud sexual y reproductiva en la Fundación Marie Stopes, quien alertó sobre los estereotipos de género y de pareja que pueden llevar a conductas violentas.
Al impartir la charla “Amores chidos”, organizada por el Departamento de Psicopedagogía del plantel Sur, la ingeniera biomédica puntualizó que, con este tipo de actividades, lo que se busca es informar a los jóvenes sobre cómo es una relación saludable.
En su interacción con las y los estudiantes sobre lo que entienden como roles y estereotipos de género, así como de amor romántico, violencia, agresividad, mitos sobre la sexualidad, métodos anticonceptivos, entre otros temas, puso énfasis en que hay muchos tipos de violencia, algunos más sutiles que otros, pero todos dejan huella.
También les pidió cuidarse de las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados, ya que 18 de cada 100 mujeres se embarazan, por lo que es vital el uso de métodos anticonceptivos, de preferencia acudir con el médico para que les oriente al respecto.
En ese marco, dijo que es importante definir que los valores, actitudes, papeles, prácticas o características culturales que artificialmente vinculamos con el sexo y que nos enseñaron dependen del contexto socio-histórico, la cultura y, en algunos casos, de la religión y situación socioeconómica.
En cuanto al amor romántico, aclaró que “es un constructo social: son las ideas o creencias construidas socialmente sobre cómo debe actuar una pareja y cuáles son las expectativas que se debe tener de la misma. Tenemos una idea fija de lo que creemos romántico que hemos construido, ya sea desde nuestros papás, por películas, canciones, u otras cosas”.
Desde el concepto del amor romántico, también hay cuestiones de género en el que a cada quien le corresponde un rol, según el estereotipo, la mujer es considerada débil, emocional, tierna, frágil, y tiene el rol de cuidadora; el hombre es fuerte, no emocional, rudo, agresivo y proveedor. Estas concepciones dañan y se traducen fácilmente en actos que reproducen la violencia”.
