El bullicio de alumnos, maestros y trabajadores regresó a los pasillos de los cinco planteles del Colegio aquella mañana del 19 de agosto.
Los alumnos de primer ingreso llegaban antes de las 7 de la mañana, acompañados de sus padres, nerviosos por ingresar a una escuela desconocida para ellos en sus protocolos.
Terminada la despedida de sus papás que los acompañaron hasta la puerta, afanosos preguntaban a otros la ubicación de sus salones; algunos más se apoyaban en los mapas de cada colegio que previamente se publicaron en las redes sociales oficiales.
En tanto, los alumnos de tercero y quinto semestres, familiarizados con el plantel, sin problemas se reencontraron gustosos con sus compañeros para saludarse y fundirse en un fuerte abrazo.
¡Ya extrañaba la escuela!, ¡Estoy contento por regresar y ¡Estoy nerviosa!, fueron algunas de las expresiones que se les oía decir a algunos chicos al ingresar.
