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Piden fin a pactos patriarcales

Los jóvenes pueden lograr avances contra la violencia

Piden fin a pactos patriarcales
Los jóvenes pueden lograr avances contra la violencia

Cuestionar las formas en las que “se aprendió a ser hombre o a ser mujer” y detener los llamados pactos patriarcales, es decir, desmarcarse de la masculinidad hegemónica, fue el exhorto que el psicoterapeuta Tlacaélel Paredes hizo a los jóvenes del Colegio de Ciencias y Humanidades.

A través de la videoconferencia “Nuevas masculinidades. Los hombres en la no violencia contra las mujeres”, que fue parte de las actividades de la jornada Por una vida libre de violencia de género, el especialista hizo hincapié en que son los jóvenes del bachillerato quienes pueden colaborar para cambiar esta problemática. 

La edad del adolescente, sostuvo el también director de la organización Hombres Diversos, “es propicia para cuestionarse, pero también para posicionarse políticamente como mujer y como hombre; es una invitación a la desconstrucción de la masculinidad hegemónica o tóxica”.

La responsabilidad de los hombres es mayor, subrayó, pues “es cuestionarnos y detener la violencia. Es también frenar los llamados pactos patriarcales, es decir, no continuar con aquellos hábitos que indican ser machista. Es trabajar de forma personal, y a partir de acciones colectivas con otros hombres. Sería bueno que existiera en el Colegio un grupo de reflexión entre los jóvenes”.

 

Relaciones sin violencia

El especialista destacó la importancia de que en clases se invite a investigar y tomar acciones de iniciativa propia y de forma colectiva, aprender a cuestionar sobre cómo se dan las relaciones de los hombres con las mujeres. “No se trata de una lucha de sexos sino de invitar a cuestionar las formas en que lo hacemos y empezar a generar nuevas maneras de relacionarnos sin violencia. En este proceso, el feminismo ha ayudado a que los hombres discutan sobre ello”, afirmó.

Se trata, explicó Paredes, de llegar a relaciones con igualdad sustantiva, “aquellas que ubican a las mujeres como personas con derecho a decidir sobre su cuerpo, su ser, su sexualidad y toman resoluciones, porque la masculinidad hegemónica mira las mujeres de forma vertical, hacia abajo, y lo que se busca es que tanto ellas como ellos se reconozcan como sujetos políticos por derecho y por tanto de obligaciones”.

 

Masculinidad tóxica

La masculinidad hegemónica, tradicional o tóxica es aquella dinámica cultural que postula y sostiene una posición de superioridad de los hombres y una posición de subordinación de las mujeres y de otros hombres, y se sostiene en cuatro pilares.

El primero, dijo el psicoterapeuta, hace referencia a no aceptar nada femenino, lo que implica desvalorizar y rechazar los comportamientos y actitudes asociadas culturalmente a las mujeres; el segundo radica en una exigencia permanente de superioridad respecto de las mujeres y de otros hombres, se sostiene en el poder y la potencia, se mide por el éxito, la competitividad, la posición socioeconómica, la capacidad de ser proveedor, la propiedad de la razón y la admiración que se consigue de las otras personas.

El tercer pilar señala que el hombre debe ser autosuficiente, que no necesita de la ayuda de nada ni de nadie, además de que oculta y reprime sus emociones ante sí mismo y ante los demás. Y el último, indica que debe recurrir siempre a la violencia, el hombre debe mostrarse frente a las mujeres y otros hombres como la persona más fuerte y poderosa de todas, haciendo uso de la violencia en prácticamente cualquier ocasión.

Finalmente, el experto invitó a los jóvenes a desmarcarse de la violencia hacia las mujeres, “pero para ello hay que ubicar qué masculinidad se vive, para después cuestionarla, pues no se nace con esas características. Las ideas, formas de vivir y de actuar son aprendidas, y pueden cambiar, hay que pasar a la masculinidad disidente, aquella donde las relaciones con las mujeres sean horizontales, es decir, con igualdad sustantiva”. 

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