Alimentación equilibrada, actividad física, consumo de líquidos, medición constante de presión arterial y glucosa en caso de adultos, buen reporso nocturno y chequeo médico anual, “como lo hacemos con el dentista y el oculista”. Esas son las recomendaciones que Paolo Alberti Minutti, especialista en medicina interna, ofreció durante la videoconferencia “Salud, vida en equilibrio”. Estas acciones, aseguró, “ya nos resultan familiares para mantener una vida sana”.
A través de la página oficial de Facebook del museo Universum, el médico comentó la definición establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS): “la salud no sólo es la ausencia de enfermedad, sino el estado psicosocial de plenitud, de bienestar; esto implica que yo estoy bien no sólo físicamente, corporalmente no tengo ninguna molestia, pero también no hay nada mal con mi mente, mi forma de pensar y cómo que me desenvuelvo día a día”.
En ese sentido, aseguró, suele creerse que estar enfermo es experimentar una dolencia física: “Me salió sangre, se me inflamó la garganta, tengo fiebre; todo lo atribuimos a síntomas o signos que sólo un médico puede interpretar, pero a veces la enfermedad está aquí adentro, en el cuerpo, nos va a hablar todos los días y no nos damos cuenta”.
El especialista del Centro Médico Nacional Siglo XXI señaló que es importante preguntarnos todos los días: ¿cómo me siento? “Porque normalizamos los problemas. Muchas personas pueden tener alguna molestia o dolor, y consideran que es ‘normal’, “ya llevó diez años con él’, y resulta que el dolorcito no era normal, o ya estoy acostumbrado a que me irrito las manos porque me las lavo 50 veces y pensamos que es normal, pero no lo es”.
El científico planteó: “¿Por qué un cuerpo sano es un escudo para enfrentar enfermedades como el coronavirus? Un cuerpo perfecto es el escudo perfecto para vivir bien en general. Este camino es de ida, sólo tenemos una carrera en este juego llamado vida, así que me conviene recorrerlo con un cuerpo que me acomode y se sienta bien. Es importante cuidarlo, como lo haces con un vehículo: si no les das mantenimiento, mañana estas molestias se vuelven enfermedades”.
El profesor de posgrado en la UNAM dijo que, independientemente de que la persona se sienta bien, no es idóneo vivir atado a un régimen distinto de vida o a un medicamento. “Cuidarnos, mantenernos saludables, desde la parte mental y social, nos va a proteger de enfermedades, mantener un equilibrio entre actividades físicas, buenos hábitos de alimentación y en nuestras relaciones, van a hacer que nuestro sistema de defensas esté más activo y la vacuna no traiga otra consecuencia”.
Un cuerpo sano, sostuvo, “será una mente sana que vive mejor, trabaja y disfruta mejor; siempre alguien feliz y sano va a ser más agradable en el entorno. La salud es un proceso dinámico y empieza desde que llegamos al mundo. Procurarla debe ser un trabajo de día a día, tiene que ser sencillo, volverse un hábito”.
La enfermedad más común, continuó, es la hipertensión, “en la que intervienen factores como la obesidad, el consumo de tabaco y de sodio, pero todos son modificables y yo soy responsable de ello. También tenemos la diabetes, que es un desbalance en la cantidad de carbohidratos que deberíamos consumir y mucho está gestado por hábitos. Es cierto que hay predisposiciones genéticas, pero gen no es destino, tiene que ver el ambiente. Si no cuido esto para evitar desarrollarla, lo más seguro es que se exprese”.
El también profesor en la Universidad Lasalle enlistó los buenos hábitos para comer de forma balanceada: “muchas verduras y pocas frutas, cierta cantidad de leguminosas y cereales, proteínas y grasas en menor medida; los nutriólogos son los indicados para recomendar una dieta a cada persona”.
Destacó que la actividad física es un medicamento: “30 minutos al día cinco veces por semana, es lo mínimo para adultos. En los chicos cambia por cuestión de metabolismo. Evitar hábitos nocivos como fumar y beber lo más posible, checar el peso. No por tener la misma talla varios años significa que sea el peso adecuado. Medirse la presión arterial, porque nadie lo hace hasta que se siente mal y la mayoría de los hipertensos descontrolados no se sienten mal”.
